Entrada destacada

¿PUEDEN LAS MUJERES EJERCER EL MINISTERIO PASTORAL?

Por algunas dificultades técnicas no he podido mantener la regularidad en las publicaciones, pero, teniendo un poco de tiempo, he deci...

martes, 28 de febrero de 2017

DONES DE SERVICIO: SERVICIO



...o si de servicio, en servir; Romanos 12:7 ... los que ayudan, 1 Corintios 12:28

Todos los dones son para servicio del cuerpo de Cristo, pero existe un don específico para esto. La palabra que traducimos como ayuda literalmente significa "tomar la carga de alguien más y ponerla sobre ti mismo". Este don hace que las cosas ocurran, es la gente que se mueve y ejecuta las instrucciones de los líderes.


Este don es el más concedido por el Espíritu Santo, ya que todos los cristianos estamos llamados a servir a este nivel de dedicación. A lo mejor no tienes el don de enseñar, o de predicar; o no tienes la habilidad de cantar o tocar un instrumento; pero puedes limpiar el templo, o llevarle algo de comer a algún hermano enfermo, o limpiar el patio de una hermana que ya es muy ancianita para hacerlo ella misma. Este don es el mas necesitado e infortunadamente el menos ejecutado, ya que no trae reconocimiento público, no te pone en el púlpito ni al frente de la congregación. Pero definitivamente es el don que mantiene unido en amor al cuerpo de Cristo.

lunes, 27 de febrero de 2017

DONES DE SERVICIO: LIDERAZGO



... el que preside, con solicitud;
Romanos 12:8 ... los que administran, 1 Corintios 12:28


Estos dos versículos se refieren a Liderazgo. En griego, la palabra que se traduce como administración es kubernesis, que se refiere a pilotear un barco, la persona que lleva el timón, que marca el rumbo de la nave y puede mantenerla en curso a su destino.

El don del liderazgo se refiere a la habilidad de ver un objetivo, formalizarlo, movilizar a un grupo de gente y llevarlos a ese objetivo. Una persona con este don tiene la capacidad de tomar decisiones y llevar una dirección. Este don sirve en muchos niveles, no únicamente en el pastorado, sino líderes de alabanza, de oración, de varones, de mujeres, etc. 

Este don conlleva una responsabilidad muy grande, porque a veces la gente no reacción a de manera positiva al liderazgo, a veces tendrás que mantenerte firme y quedarte solo al tomar una decisión. No intentes tomar una posición del liderazgo si Dios no te ha llamado y dotado, porque podrías terminar aislado y resentido.

LA VIDA DEL VERDADERO CREYENTE


Estudio bíblico de la primera epístola del apóstol Juan (Tercera parte)

1 Juan 3

En los dos capítulos anteriores, el apóstol dejó claro que no todo el que dice ser cristiano realmente lo es (1 Jn. 1:6,7; 1 Jn. 2:18,19), y enseña que el que verdaderamente es de Cristo tendrá unas marcas o características que dan evidencia de a quién sirve verdaderamente.
En nuestro estudio, marcamos dichas características en tres grupos: Santidad, Amor, Doctrina Correcta; vimos que el que verdaderamente sigue a Cristo anhelará profundamente una vida de santidad, amará a su prójimo y a su hermano, y se fundamentará en la doctrina de los apóstoles y profetas (Ef. 2:20). Ahora, en este nuevo capítulo, el apóstol pasa a enseñarnos cómo estás características se aplican en la vida diaria. Lo veremos también reunido en tres grupos: Obediencia, amor y fe; pero en esté capitulo solo veremos las dos primeras.

Obediencia.

El que es verdaderamente hijo de Dios no practicará el pecado. Quien practica el pecado es hijo del diablo.

1 Juan 3:1 El verdadero creyente es un extraño para el mundo pues no sigue sus valores, normas ni sistema. Si somos hijos de Dios iremos "contra la corriente" del mundo, lo cual provocará que día tras día seamos más aborrecidos. (Juan 15:18-21; Lucas 6:22).

1 Juan 3:2,3 El proceso de santificación terminará cuando Cristo vuelva, pero el creyente verdadero trabajará en su santidad, porque su esperanza es la Bendita Esperanza. El mayor deseo de los hijos de Dios es que el Señor regrese, ya que cuando esto suceda, nuestros cuerpos serán glorificados y seremos semejantes a Él (Fil. 1:6)

1 Juan 3:4-6 Todos hemos pecado (Romanos 3:23), todos hemos infringido la Ley de Dios (Rom. 1); pero Cristo, en la cruz, quito el pecado de aquellos que nos acercamos a Él. Por tanto, quien práctica el pecado realmente no le ha conocido.

1 Juan 3:7-10 No hay "grises" ni "términos medios", no existe tal figura que se ha enseñado en las iglesias modernas del "cristianos carnales"; o eres hijo de Dios o eres hijo del diablo. Quien sigue llevando una vida de pecado no es hijo de Dios sino del diablo (Juan 8:44). El verdadero hijo de Dios no puede permanecer en pecado porque la simiente de Dios, Cristo, está en él (2 Cor. 5:17)

Amor

Amar debe ser más que una palabra, debe ser un hecho. La manifestación más grande del amor del creyente es una vida altruista y caritativa.

1 Juan 3:11,12 La envidia provoca celos, el celo odio, y el odio muerte. Caín mató a su hermano por envidia; no así entre los hijos de Dios, pues se nos manda a amar a nuestro hermano. La envidia nace cuando se desea lo que otro a logrado, pero el hijo de Dios no deba amar las cosas del mundo (1 Jn. 2: 15-17), su mirada debe estar puesta es en Cristo, así al ver a su hermano salir adelante en alguna cosa, se alegrará, pues su Señor será glorificado.

1 Juan 3:13 El mundo vive entre odios y celos, rabias y rencores, por eso el mundo nos odia. Nosotros predicamos un Evangelio de la gracia y el amor de Dios y el mundo no quiere eso, ellos quieren y se deleitan en la venganza y en el rencor (Lc. 6:22).
Amado hermano, no sufras ni te contriste si estás siendo odiado por un no creyente, aún si se tratase de un familiar, recuerda que a Cristo odiaron primero. Tampoco sufras ni te turbes si hablan mal de ti, recuerda que aún les faltaría mucho para acercarse a la verdad.

“Hermano: Si algún hombre piensa mal de ti, no te enojes con él; porque tú eres peor de lo que él piensa que eres. Si te acusa falsamente por algo, estate satisfecho; porque si te conociera mejor podría cambiar la acusación y no saldrías beneficiado por ese cambio. Si pintan un cuadro moral de ti y es feo, estate satisfecho; porque todavía necesitaría unos toques de negro para acercarse más a la realidad.”
Charles H. Spurgeon

1 Juan 3:14-16 Amar a nuestro hermano es sacrificarnos por ellos y dar nuestra vida vida por ellos. Esta es una señal de la verdadera profesión de fe, no aborrecemos sino que amamos.

1 Juan 3:17,18 Las obras no dan salvación, pero son señal de ella. Quien puede ser caritativo y no lo hace, no es de Dios. Miremos cuál grande ejemplo nos marcan los Evangelios al narrar la historia del Joven rico y de saqueo (Mateo 19:16-26; Lucas 19:1-10). El primero creía haber cumplido con la ley de Dios, pero se entristeció ante la demanda de Jesús de desprenderse de todos sus bienes. El segundo, siendo un gran pecador, no escatimo ni dudo, aún si que Jesús se lo pidiera, en desprenderse de todo cuanto poseía con tal de tener a Cristo.

1 Juan 3:19-21 El Espíritu Santo habla a nuestra conciencia. A través de está nos redarguye e insta. Si al hacer algo nuestro corazón es angustiado, debemos examinarnos y arrepentirnos; no debemos pecar contra nuestra conciencia (Stg. 4:17; 1 Corintios 8)

1 Juan 3:22 Este verso cierra la boca de aquellos que pretenden usar a Dios para alcanzar sus objetivos, sueños y deseos materiales, olvidando de antemano que no debemos desear cosas del mundo (1 Jn 2:15-17) pues el reino de Dios no consiste en bebida ni en comida (Rom. 14:17). Recibimos lo que pedimos cuando pedimos conforme a la voluntad del Padre, cuando nuestros deseos están alineados a los deseos del Padre, y los deseos del Padre es que Cristo sea glorificado. A esto se refiere "deleitarse en el Señor" (Sal. 37:4), es por eso que Él concede las peticiones de nuestro corazón, pues estás peticiones serán las que se conformen a la voluntad del Padre, pediremos lo que el Padre quiere que pidamos. Mientras esto no sea una realidad en nosotros, nuestras peticiones no serán concedidas, pues estás peticiones serán conforme a nuestro corazón malvado (Jer. 17:9) y por ende pediremos para nuestros deleites (Stg. 4:3)

1 Juan 3:23,24 El mandamiento es: creer en Cristo y amarnos. El Espíritu es quien nos guiará y dará seguridad de salvación.

CONCLUSIÓN

El verdadero creyente llevará una vida marcada por la obediencia a Dios que es la santidad, también amará a su prójimo y dará su vida por ellos. Esto implica una vida de altruismo donde no buscará "amasar" riquezas, sino que, tomando como ejemplo la vida de Charles Spurgeon, aunque tenga grandes ingresos monetarios, nunca buscará tener muchas comodidades sino que se entregará a la caridad y al servicio de los demás.
Es por esto que los falsos maestros se identifican también. El lobo vestido de oveja ama el dinero y los lujos, aunque diga ser cristiano. Un creyente no debe mantener una ostentación de cosas materiales tales como mansiones de millones de dolares o Jets privados, pues estás son ostentaciones que corrompen el alma y conducen a la impiedad.
El verdadero creyente buscará siempre es que el reino de Dios sea extendido y que el hermano que esté en necesidad sea ayudado.


sábado, 25 de febrero de 2017

DONES DE HABLA: RESUMEN



Los dones de habla están relacionados directamente con la proclamación de la Palabra de Dios, son la manera en que Dios ministra a Su cuerpo:

La Profecía PREDICA la Palabra de Dios.
La Ciencia CLARIFICA la Palabra de Dios.
La Sabiduría APLICA la Palabra de Dios.
La Enseñanza IMPARTE la Palabra de Dios.
La Exhortación DEMANDA OBEDIENCIA a la Palabra de Dios.

Uniendo estos 5 dones, nos ministramos unos a otros para que el cuerpo de Cristo pueda ser construido.




¿VALE LA PENA PELEAR POR LA VERDAD?



Queridos amigos, con gran anhelo tenía pensado escribirles acerca de la salvación que compartimos. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que debo escribirles sobre otro tema para rogarles que defiendan la fe que Dios ha confiado una vez y para siempre a su pueblo santo. Les digo esto, porque algunas personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral. La condena de tales personas fue escrita hace mucho tiempo, pues han negado a Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor.
Judas 1:3,4

Ninguna idea es más políticamente incorrecta entre el nuevo estilo de evangélicos de hoy en día, que la vieja idea fundamentalista de que vale la pena luchar por la verdad (incluyendo las proposiciones esenciales de la doctrina cristiana). De hecho, muchos creen que las discusiones por creencias religiosas son las más inútiles y arrogantes de todos los conflictos. Eso puede ser cierto, y lo es en los casos en los que las opiniones humanas son lo único que está en juego. Pero donde la Palabra de Dios habla con claridad, tenemos la obligación de obedecer, defender y proclamar la verdad que Él nos ha dado, y deberíamos hacerlo con una autoridad que refleje nuestra convicción de que Dios ha hablado con claridad e irrevocablemente. Esto es particularmente crucial en los contextos en donde las doctrinas cardinales del cristianismo bíblico están siendo atacadas. Por cierto, las verdades centrales de la Escritura siempre son atacadas.

La Escritura misma enseña claramente que el campo de batalla donde Satanás pelea su lucha cósmica contra Dios es ideológico. En otras palabras, la guerra en la que cada cristiano está involucrado, es ante todo un conflicto entre la verdad y el error, no meramente una competición entre obras buenas y malas. El principal objetivo de la estrategia de Satanás es confundir, negar y corromper la verdad con tanta falacia como sea posible, y eso significa que la batalla por la verdad es muy seria. Ser capaz de distinguir entre doctrina sana y el error, debería ser una de las mayores prioridades de todo cristiano, al igual que defender la verdad contra las falsas enseñanzas. Adopte esa postura en la actualidad, y será regañado por una disonancia de voces que le dirán que es inapropiado y que tiene que callarse.

La metáfora de la “guerra” sencillamente no funciona en  una cultura posmoderna, insisten ellos. Las epistemologías posmodernas comienzan y terminan con la presunción de que cualquier pregunta acerca de lo que es verdadero o falso es meramente académica. Nuestras diferencias son, en última instancia, triviales. Únicamente el tono de nuestra conversación no es trivial. Todo indicio de militancia es considerado inapropiado en estos tiempos complicados. Declararse a favor de la verdad era también impopular en el primer siglo. Pero eso no detuvo a los apóstoles para confrontar de frente los errores. Pablo fue, sin duda, justo con sus oponentes, en el sentido que él nunca tergiversó lo que ellos enseñaban ni dijo mentiras acerca de ellos. Pero Pablo reconocía sus errores claramente, tal y como eran y los catalogaba adecuadamente. Él hablaba la verdad. Con su estilo de enseñanza diario, Pablo hablaba la verdad amablemente y con la paciencia de un tierno padre. Pero cuando las circunstancias justificaban un tipo de franqueza más fuerte, Pablo podía hablar muy directamente, a veces hasta con un duro sarcasmo (1 Corintios 4:8-10). Como Elías (1 Reyes 18:27), Juan el Bautista (Mateo 3:7-10) y el Señor Jesús (Mateo 23:24), él también podía emplear la burla de manera efectiva y apropiada, para resaltar lo ridículo del grave error (Gálatas 5:12). 

Tal como Moisés y Nehemías, él desafiaba lo que la gente consideraba como sagrado. Pablo no parecía sufrir la misma angustia excesivamente escrupulosa que causa que muchas personas hoy en día encubran todo error tanto como el lenguaje lo permita; que otorguen el beneficio de la duda al más flagrante de los falsos maestros; y que imputen las mejores intenciones posibles hasta al hereje más manifiesto. La idea de amabilidad del apóstol no era el tipo de falsa benevolencia y educación artificial que la gente hoy en día piensa es la verdadera esencia de la caridad. Ni siquiera una vez le vemos invitando a dialogar a falsos maestros o aficionados casuales equivocados en religión, ni tampoco que aprobara esa estrategia aun cuando alguien de la estatura de Pedro sucumbió al temor de lo que otros pudieran pensar y mostró una deferencia indebida a falsos maestros (Gálatas 2:11-14). Pablo comprendió que vale la pena pelear por la verdad. Él se alzó en defensa de la verdad, aun cuando no era popular hacerlo.

DONES DE HABLA: EXHORTACIÓN



... el que exhorta, en la exhortación;
Romanos 12:8 a

Este es el quinto don de habla; en griego se usa la palabra
paracletas, que significa confortar, ayudar, fortalecer.


Este don es la habilidad de dar consuelo, ayuda, valor, fortaleza a alguien que lo necesita. Contrario a lo que muchos piensan NO se refiere a regañar ni amonestar. Al contrario, es la capacidad de consolar a alguien, fortalecerlo, ayudarlo a llevar su carga. Ser capaz de usar ese versículo, esa promesa, esa bendición que está en la Palabra de Dios y que es exactamente lo que alguien necesita en momentos difíciles.

viernes, 24 de febrero de 2017

DONES DE HABLA: LA ENSEÑANZA


o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
Romanos 12:7

Este don se refiere a la habilidad, dada por el Espíritu Santo, de transmitir La Verdad de la Palabra de Dios a alguien más para que la pueda implementar.


¿Cuál es la diferencia entre el don y el ministerio?


El ministerio implica una posición de liderazgo, tu puedes tener el don pero no ser llamado a liderar, sino a ayudar. Viene de la palabra griega dedolasco, cuya raíz se traduce como enseñanza sistemática o entrenamiento. Imagina a un maestro de música que enseña y ensaya continuamente con sus alumnos hasta que dominan una pieza. El don de Profecía se usa para proclamar la Verdad de Cristo una vez (predicación), el don de enseñanza se refiere a un programa de enseñanza sistemático que lleva a una persona de aquí a allá. La diferencia está en la continuidad. Puede ser de uno a uno, en discipulado, en escuela dominical, de madre a hijo, de esposo a esposa, de cualquier manera que el Espíritu Santo quiera. 

LA TENTACIÓN: USADA POR DIOS Y POR EL DIABLO

tentaciones-de-hoy
Autor: John Owen "El príncipe de los Puritanos" (1616 - 1683)
La Tentación que Dios usa.
Algunas veces la Biblia usa la palabra “tentación” para significar una prueba o un examen. Abraham fue probado por Dios (vea Gen. 22:1) y en una forma u otra, todos los creyentes están sujetos a pruebas y tentaciones. Hay que notar dos puntos importantes acerca de dichas pruebas.
I. Primero: El propósito de Dios en enviarnos pruebas.
A. Las pruebas ayudan al creyente a conocer el estado de su salud espiritual.
A veces, la experiencia de una prueba enseñará al creyente las gracias espirituales que Dios está produciendo en su vida. La prueba que Dios le envió a Abraham demostró la fortaleza de su fe. A veces la prueba le mostrará al creyente las maldades de su corazón de las cuales no estaba consciente. Dios probó a Ezequías para revelarle el orgullo que había en su corazón (2 Cron. 32:31). A veces los creyentes necesitan ser animados viendo las gracias espirituales que Dios está obrando en sus vidas. A veces los creyentes necesitan ser humillados aprendiendo acerca de la maldad oculta de sus corazones. Dios cumple ambos propósitos a través del uso de pruebas adecuadas.
B. Las pruebas ayudan al creyente a conocer más acerca de Dios.
1)   Solamente Dios puede guardar al creyente de caer en el pecado. Antes de que seamos tentados, pensamos que podemos manejar cualquier tentación con nuestras propias fuerzas. Pedro pensaba que jamás negaría a su Señor. La tentación le mostró que sí era capaz de hacerlo. (Mat. 26:33–35, 69–75).
2)   Cuando hemos aprendido nuestra debilidad y el poder de la tentación, entonces estamos listos para descubrir el poder de la gracia de Dios. Esta es la gran lección en que el apóstol Pablo fue enseñado por medio de “su aguijón en la carne” (2 Cor. 12:7–10).
II. Segundo: Dios tiene muchas maneras para probar a su pueblo.
Dios prueba a cada creyente en una manera muy personal. En seguida daremos tres ejemplos de los métodos que Dios usa en ocasiones para probar a su pueblo:
A. Los prueba encomendándoles deberes que sobrepasan sus recursos.
El apóstol Pablo se refiere a esta clase de prueba cuando escribe: “Pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas…”(2 Cor. 1:8). Esta fue una prueba que Dios usó para enseñar a Pablo lo que él dice: “Para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos” (2 Cor. 1:9). Los creyentes no deberían estar sorprendidos ni desmayados si Dios les encomienda una tarea que pareciera ser demasiado grande para ellos. En esta manera Dios prueba a los creyentes para hacerles ver si su fe en el poder divino es fuerte o débil.
B. Dios prueba a los creyentes permitiendo que sufran por su fe.
Algunas veces el sufrimiento es muy severo, aún hasta el punto de la muerte (por ejemplo el martirio). Tal clase de sufrimiento es una prueba la cual la mayoría de los creyentes temen. Sin embargo, muchos creyentes han encontrado que en forma inesperada les fue concedida la fortaleza para ser torturados y aún para morir por Cristo. Todos los creyentes son llamados a sufrir de alguna forma u otra (Fil. 1:29 y 1 Ped. 2:21). Tales sufrimientos son llamados por el apóstol Pedro como “la prueba de vuestra fe” (1 Ped. 1:7).
C. Dios prueba a los creyentes permitiendo que se encuentren con maestros falsos y enseñanzas falsas.
En esta manera Dios pone a prueba la lealtad y el amor del creyente hacia El. (Deut. 13 es un buen ejemplo de esta clase de prueba.) Estos son tres ejemplos de la variedad de métodos que Dios usa para probar a su pueblo. Esta clase de prueba que Dios usa siempre tiene la intención de hacer bien a su pueblo. Estamos listos ahora para ver la clase de tentación que Satanás usa.
La tentación usada por Satanás con el propósito de lograr que la persona peque
Ambas clases de tentación contienen la idea de poner a prueba. ¡La tentación siempre es una prueba! En la clase de tentación intentada por Satanás, el punto que tenemos que recordar es el propósito de la prueba. La tentación de esta clase es una prueba diseñada para conducir a la persona a pecar. Dios nunca es el autor de este tipo de tentaciones (Stg. 1:13). Esta es la clase de tentación que el Señor tenía en mente cuando advirtió a sus discípulos. Esta es la clase de tentación acerca de la cual estudiaremos en este libro. La Biblia enseña que hay tres causas principales para este tipo de tentación. A veces estas causas obran juntas y a veces separadamente:
I. Primero: El diablo como el tentador.
Dos veces en el Nuevo Testamento el diablo o Satanás es llamado “el tentador”. (Mat. 4:3; 1 Tes. 3:5). A veces el diablo tentará al creyente a pecar introduciendo pensamientos malos o blasfemos en su mente. A veces existe la tentación de dudar de la realidad de Dios o de la veracidad de su Palabra. Esta tentación frecuentemente surge por medio de malos pensamientos mandados por el diablo a la mente del creyente. Tentaciones de esta clase son llamadas “los dardos de fuego del maligno” (Ef. 6:16). El creyente no es culpable de pecado por el mero hecho de tener tales pensamientos. El creyente solamente es culpable de pecado si cree estos pensamientos. Frecuentemente el diablo tienta usando dos de los siguientes métodos:
II. Segundo: El mundo (incluso la gente mundana) como un tentador.
El pescador usa como anzuelo un gusano sabroso para atraer al pez. En la misma forma, a menudo el diablo usa el anzuelo de alguna atracción del mundo para persuadir a la persona a pecar. El diablo, cuando tentó a Cristo usó los reinos de este mundo como su anzuelo. Fue una sirvienta quien tentó a Pedro para que negara a su Señor (Mat. 26:69). El mundo con todas sus cosas y su gente es una fuente constante de tentación para los creyentes.
III. Tercero:    La carne (los deseos egoístas) como un tentador.
A veces el diablo obra a través de los deseos egoístas para tentar a la persona. El diablo tentó a Judas a traicionar al Señor usando tanto la ayuda del mundo (los fariseos y treinta monedas de plata Luc. 22:1–6) como la naturaleza codiciosa de Judas mismo. En las palabras de Santiago: “Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.” (Stg. 1:14)
La clase de tentación usada por el diablo es siempre un intento de persuadir de alguna forma a la persona a pecar. Tales tentaciones tienen como su meta principal persuadir a la persona a pecar en alguna o en todas las siguientes maneras: 1) por el descuido de algún deber que Dios le ha encomendado, 2) por guardar malos pensamientos en su corazón y permitir que los pensamientos ya concebidos den a luz el pecado, 3) por permitir que Satanás le distraiga de alguna manera de su comunión con Dios o 4) por fallar en dar a Dios la obediencia constante, completa y universal a todos sus mandamientos incluyendo la manera en la cual la obediencia es rendida.

jueves, 23 de febrero de 2017

DONES DE HABLA: PALABRA DE SABIDURÍA


Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
1 Corintios 12:8


La palabra sabiduría viene del griego sophia, la cual es usada más de 20 veces en el Nuevo Testamento, su significado primario es el entendimiento espiritual de la voluntad de Dios.

Este don se puede definir como el entendimiento de la voluntad de Dios y su aplicación en obediencia. El don de palabra de sabiduría se refiere a la habilidad de aplicación de los principios bíblicos. Digamos que es la aplicación práctica del conocimiento que trae el don de ciencia. Una persona con este don podría ser un consejero bíblico, que puede ver el problema, y mediante su conocimiento de la Palabra de Dios, identifica los principios que pueden aplicarse de manera práctica para encontrar la solución. La principal diferencia con el don de ciencia es la aplicación; el don de ciencia se concentra en el conocimiento, el de sabiduría en la práctica. Podríamos decir que son dones complementarios. Probablemente un maestro tendrá don de ciencia y un pastor don de sabiduría. 

DONES DE HABLA: CIENCIA O CONOCIMIENTO


Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
1 Corintios 12:8

También se le conoce como Palabra de Ciencia. 
Es la habilidad dada por el Espíritu Santo de observar hechos bíblicos y sacar conclusiones. En otras palabras, es la habilidad de entender la Biblia. 

Una persona con este don tomará diferentes verdades bíblicas, las unirá y te dará una conclusión sobre una verdad. Este es el don básico para la interpretación bíblica. Este es un don de revelación en el sentido de que este conocimiento bíblico es revelado por Dios, no es obtenido a través de estudio. Es el don que permite a personas que no han estudiado en un instituto o seminario bíblico entender la Escritura y comunicarla a los demás.

Este es el don que permite entender los misterios que han sido revelados en la Biblia. Muchas veces puede presentarse en combinación con sabiduría o enseñanza. 

miércoles, 22 de febrero de 2017

DONES DE HABLA: PROFECÍA


De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;” Romanos 12:6 “A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas” 1 Corintios 12:10 


La palabra griega para profecía es propheteia, que quiere decir hablar delante. Se refiere a la habilidad dada por el Espíritu Santo de proclamar la verdad de Dios a otros. No necesariamente se trata de un don revelatorio, es un don de proclamación. Se puede dividir en dos categorías: revelación o reiteración. 


REVELACIÓN.
Es decir algo que nunca había sido dicho, saber algo que no se sabía. Esta forma del don fue la que Dios usó para conformar la Escritura, al cerrarse el canon, esta forma del don terminó. "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro." Apocalipsis 22:18‭-‬19. 


REITERACIÓN. Los profetas también hablan sobre lo que Dios ya ha revelado. Esta forma del don se refiere a la proclamación de la Palabra de Dios, lo que en términos modernos podría ser un predicador. La Biblia nos dice que los profetas edifican, consuelan y exhortan a la iglesia.
"Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras." Hechos 15:32. "Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación."
1 Corintios 14:3. 


TIPOS DE DONES



Los pasajes principales que identifican los dones espirituales son:
Romanos 12:1-8; 1 Corintios 12:1-31; Efesios 4:1-16; 1 Pedro 4:7-11.

Para estudiarlos, vamos a dividirlos en 4 categorías:
1 Dones de habla: profecía, palabra de sabiduría, palabra de ciencia, enseñanza y
exhortación.
2 Dones de servicio: liderazgo, servicio, dar, misericordia, fe y discernimiento.
3 Dones de señales: milagros, sanidades, lenguas e interpretación de lenguas.
4 Ministerios: Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros.

Este serial solamente tiene la intención de dar una breve descripción, fundamentada en la Biblia, sobre las características de cada uno de los dones. NO voy a entrar en una discusión sobre la vigencia de los dones (cesacionista o continuista), así que les pido que no nos desviemos del propósito al respecto.

martes, 21 de febrero de 2017

DONES ESPIRITUALES



Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Romanos 11:29


De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada,
Romanos 12:6a


Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
1 Corintios 12:4-6


Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.
1 Corintios 14:12


a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
Efesios 4:12 


Vamos a hablar de los dones espirituales, ¿Qué son los dones espirituales? Son regalos espirituales, controlados por el Espíritu Santo, dados por gracia, para capacitar a los creyentes para el servicio y edificación de la iglesia y son irrevocables (nunca se pierden). No hay que confundir los dones con los talentos, un talento es una habilidad natural o desarrollada a través de entrenamiento. Un don espiritual es una habilidad sobrenatural que no vino de ninguna herencia o entrenamiento. Es una habilidad especial dada por el Espíritu Santo a ser usada para propósitos espirituales específicos.


Cada día estaré haciendo una publicación con referencia a este tema. Será algo corto y muy básico, pero que dará pie para que cada uno de nosotros ahondemos más en este tema.

Dios les bendiga... Soli Deo Gloria

lunes, 20 de febrero de 2017

PRUEBAS DE CAMINAR EN CRISTO


Estudio Bíblico de la primera epístola de Juan (Segunda parte)

1 Juan 2
En el primer capítulo de la primera epístola del apóstol Juan, podemos evidenciar que no es conveniente considerar a toda persona como cristiana, así diga creer o seguir a Cristo, sino que existen rasgos que demuestran la verdadera creencia (Mateo 7:15-20). En el capítulo 2 se muestra la continuación de la exhortación del apóstol al respecto, en la cual se marcan tres aspectos de un verdadero creyente: santidad, amor y doctrina correcta.
SANTIDAD
- 1 Juan 2:1 El apóstol inicia enfatizando que lo dicho anteriormente (1 Juan 1) es para que no pequemos, pero el sabía que el pecar es una condición de la naturaleza caída del hombre (1 Juan 1:8-10), así que da consolación informándonos que Cristo, el verdaderamente justo, es nuestro abogado.
- 1 Juan 2:2 Cristo no es solo nuestro abogado, sino que al mismo tiempo, es el cordero sacrificado para que la justicia de Dios fuera satisfecha y nuestros pecados fueran expiados (Romanos 3:25; Juan 1:29)
- 1 Juan 2:3-6 El apóstol reitera que un verdadero creyente es coherente. Conocer a Dios y amarlo verdaderamente es algo que se demuestra al obedecer sus mandatos. El que dice que es de Él, vive como Él (1 Juan 1:5-7)
AMOR
- 1 Juan 2:7-11 El mandato de amar no es algo nuevo (Levítico 19:18; Deuteronomio 10:19), pero la naturaleza corrupta del hombre lo ciega y le lleva a odiar a su prójimo. Esta es una prueba más de la verdadera profesión de fe: el que dice ser cristiano amará a su prójimo y ha su hermano. Es está la razón fundamental para aplicar el evangelismo de una manera bíblica y para confrontar a los falsos maestros. No hay mayor amor que el preocuparse por la condición de las almas de los seres sin Cristo.
- 1 Juan 2:12-14 Estos versos escritos en prosa refieren la seguridad de salvación que cada creyente debe tener en cada etapa: Nuevo creyente, creyente en maduración, creyente maduro.
- 1 Juan 2:15-17 ¡Oh! cuanto creyente ha sido seducido y ha sucumbido ante la tentación de perseguir sus sueños. Y no que soñar sea objeto de castigo o pecado, sino que el mal está en la clase de sueños que tiene, pues la mayoría de los que entregan todo por alcanzar sus sueños, lo que persiguen son vanidades ilusorias que provienen del mundo. Amamos nuestros deseos y eso es lo que nos impulsa a trabajar para lograrlos, así que ¿cuáles son nuestros mayores deseos?
DOCTRINA CORRECTA
- 1 Juan 2:18,19 El anticristo no es solo una figura o persona, sino que todo aquel que niegue a Cristo y su doctrina (apostate de la fe), es un anticristo (Galatas 1:8). No todo el que asista a la congregación es cristiano, pues si no da buen fruto y/o se aparta de los hermanos apostatando de la fe, nunca fue un verdadero creyente.
- 1 Juan 2:20-27 El Espíritu Santo es la ÚNICA unción verdadera, el creyente no debe buscar más "unciones" pues tiene el Espíritu de Dios con él, y su Espíritu es quien nos guía a toda la verdad. Esto no implica despreciar el estudio y las instrucciones de los maestros que diligentemente exponen su Palabra, sino que antes motiva a profundizar en estudio y a probar las palabras de los hombres que dicen ser de Dios. El apostata y el falso maestro enseña mentiras y Dios permite que se levanten por causa de separar los falsos creyentes de los verdaderos. El que de verdad está en Cristo no será engañado, pues el Espíritu le enseñará la verdad.
CONCLUSIÓN
- Un verdadero creyente ama a Dios, ama su Palabra y su doctrina, ama a su hermano y al prójimo. Amar a Dios significa aborrecer al mundo y lo que este ofrece.
- Un verdadero creyente soñará y anhelará ser como Cristo, luchará por la santidad.
- El verdadero creyente discierne la verdad de la mentira y no se deja engañar del falso maestro, pues se mantiene en lo dicho por Cristo y los apóstoles.

¿QUE QUIERE DECIR LA BIBLIA CUANDO DICE QUE NO JUZGUEMOS A LOS OTROS?


El mandato de Jesús de no juzgar a los demás podría ser el más ampliamente citado de sus dichos, aunque casi invariablemente se cita descuidando totalmente su contexto. Aquí está la declaración de Jesús: "No juzguéis, para que no seáis juzgados" (Mateo 7: 1). Muchas personas usan este versículo en un intento por silenciar a sus críticos, interpretando que Jesús quería decir "Usted no tiene el derecho de decirme que estoy equivocado”. Tomado en forma aislada, el mandato de Jesús, "No juzguéis" parece en efecto excluir toda evaluación negativa. Sin embargo, hay mucho más respecto a este pasaje que esas dos palabras.
El mandamiento bíblico de que no juzguemos a los demás no significa que no podamos mostrar discernimiento. No mucho después de que Jesús dijo: "No juzguéis" afirmó: "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos" (Mateo 7: 6). Poco después en el mismo sermón, dice: "Guardaos de los falsos profetas… Por sus frutos los conoceréis"(versículos 15 y 16). ¿Cómo vamos a discernir quiénes son los "perros", los "cerdos" y los "falsos profetas" a menos que tengamos la capacidad de hacer un juicio sobre las doctrinas y los hechos? Jesús nos está dando permiso para distinguir el bien del mal.
Además, el mandamiento bíblico de que no juzguemos a los demás no significa que todas las acciones sean igualmente morales o que la verdad sea relativa. La Biblia claramente enseña que la verdad es objetiva, eterna e inseparable del carácter de Dios. Cualquier cosa que contradiga la verdad es mentira, pero desde luego llamar a algo "mentira" es juzgar. Decir que el adulterio o el asesinato son pecados es igualmente juzgar, pero también es estar de acuerdo con Dios. Cuando Jesús habló de no juzgar a los demás no quería decir que no se pueda identificar el pecado como lo que es, con base en la definición de pecado que da Dios.
Y el mandamiento bíblico de que no juzguemos a los demás no significa que no deba haber ningún mecanismo para lidiar con el pecado. La Biblia tiene todo un libro titulado Jueces. Los jueces del Antiguo Testamento eran puestos por Dios mismo (Jueces 2:18). El moderno sistema judicial, incluyendo a sus jueces, es una parte necesaria de la sociedad. Al decir "No juzguéis" Jesús no estaba diciendo: "Todo se vale".
En otro pasaje, Jesús ordena directamente juzgar: "No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio" (Juan 7:24). Aquí tenemos una pista sobre el tipo correcto versus el tipo incorrecto de juicio. Usando este versículo y varios otros, podemos elaborar una descripción del tipo de juicio que es pecaminoso:
El juicio superficial es malo. Juzgar a alguien con base solo en las apariencias es pecado (Juan 7:24). Es absurdo sacar conclusiones antes de investigar los hechos (Proverbios 18:13). Simón el fariseo juzgó a una mujer con base en su apariencia y reputación, pero no pudo ver que la mujer había sido perdonada; por tanto, se atrajo el reproche de Jesús por su juicio injusto (Lucas 7: 36-50).
El juicio hipócrita es malo. El mandato de Jesús de no juzgar a los demás en Mateo 7:1 está precedido por comparaciones con los hipócritas (Mateo 6: 2, 5 y 16) y seguido por una advertencia contra la hipocresía (Mateo 7: 3-5). Cuando señalamos el pecado de otros mientras cometemos el mismo pecado, nos condenamos a nosotros mismos (Romanos 2: 1).
El juicio severo e implacable es malo. Debemos " [mostrar] toda mansedumbre para con todos los hombres " (Tito 3: 2). Los misericordiosos alcanzarán misericordia (Mateo 5: 7), y, como Jesús advirtió: "Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido" (Mateo 7: 2).
El juicio santurrón es malo. Estamos llamados a la humildad y "Dios resiste a los soberbios" (Santiago 4: 6). El fariseo de la parábola de Jesús sobre el fariseo y el publicano confiaba en su propia justicia y desde esa orgullosa posición juzgó al publicano; sin embargo, Dios ve el corazón y se negó a perdonar el pecado del fariseo (Lucas 18: 9-14).
El juicio falso es malo. La Biblia claramente prohíbe dar falso testimonio (Proverbios 19: 5). "Que a nadie difamen" (Tito 3: 2).
A los cristianos se les acusa a menudo de "juzgar" o de ser intolerantes cuando hablan contra el pecado. Pero oponerse al pecado no es malo. El hecho de mantener la norma de la justicia define naturalmente la injusticia y atrae los golpes y los dardos de los que optan por el pecado más bien que por la vida que agrada a Dios. Juan el Bautista incurrió en la ira de Herodías cuando habló en contra del adulterio de ella con Herodes (Marcos 6: 18-19). Con el tiempo ella silenció a Juan, pero no pudo silenciar la verdad (Isaías 40: 8).
A los creyentes se les advierte contra juzgar a los demás en forma injusta o parcial, pero Jesús elogia el "juicio justo" (Juan 7:24, Biblia Reina Valera). Debemos discernir (Colosenses 1:9; 1 Tesalonicenses 5:21). Debemos predicar todo el consejo de Dios, incluyendo la enseñanza de la Biblia sobre el pecado (Hechos 20:27; 2 Timoteo 4: 2). Debemos enfrentar con mansedumbre a los hermanos o hermanas en Cristo que se han desviado (Gálatas 6: 1). Debemos practicar la disciplina de la iglesia (Mateo 18: 15-17) y decir la verdad en amor (Efesios 4:15).

ELÍAS Y EL CONGRESO NACIONAL DE LOS SACERDOTES DE BAAL


Un estudio novelado de 1 Reyes 18:1-40

La caravana real se mueve despacio por el camino. Adelante van los soldados a caballo con sus penachos coloridos y sus largas y afiladas lanzas.
Luego vienen los soldados de la guardia personal del rey. Todos ellos fuertes, fieros y con aspecto de determinación. Después sigue la carroza real que es llevada por caballos blancos. Detrás y al lado del carruaje otro grupo de caballería.
- ¡Detente! - dice una voz dentro del carruaje real.
La orden es impartida por Acab, el rey de Israel. 
- ¡Alto! - grita el capitán que cabalga al lado del carro. La voz de mando corre hasta el principio y fin de la caravana. Por último ésta se detiene. Junto al camino hay un hombre vestido con ropas de profeta. Su atavío es muy sencillo. El hombre es de edad madura. Alto, delgado. Sus ojos muestran intrepidez. Desde el carruaje asoma el rostro de Acab. Este también es un hombre de edad madura. Sus ojos se mueven rápidamente como tratando de evitar la mirada escudriñadora del profeta. En un sus labios hay una sonrisa burlona. Está vestido con ropas que denotan su posición y riquezas.
- ¿Eres tú el que estás trastornando a Israel? - pregunta el rey. Esta acusación podría ser penalizada severamente. Yo hubiera dicho tartamudeando de miedo:
- No señor Rey, yo no soy. Yo soy una persona tranquila que no le hago mal a nadie y que me ocupo nada más que de mis negocios. Quizás usted me confunde…
El varón de Dios utiliza las mismas palabras que el rey ha usado y le responde.
- Yo no he trastornado a la casa de Israel, sino tú y tu casa paterna, al haber abandonado los mandamientos del SEÑOR y al haber seguido a los baales.”. El rey empalidece. Va a dar la orden para que lo arresten pero antes que lo haga la voz fuerte, terminante y poderosa de Elías se hace escuchar. Es como si Elías dijera: - te reto a duelo.
“Manda que se reúnan conmigo en el monte Carmelo todo Israel”. - ¿Para qué? - pregunta el rey de Israel.
- Yo los desafío - dice el profeta de Dios con voz tronante. “Manda que se reúnan conmigo en el monte Carmelo todo Israel, los 450 profetas de Baal y los 400 profetas de Asera que comen de la mesa de Jezabel.”
El rey mira a su alrededor. Allí están los soldados escuchando con atención el desafío de los dos hombres. Uno es poderoso y con muchas riquezas. El otro es un héroe de la fe. Los militares han escuchado la historia de la viuda de Sarepta y su hijo que Elías alimentó en forma maravillosa por largo tiempo. Algunos quizás han escuchado de ese milagro extraordinario que fue la resurrección del hijo de esa viuda.
El rostro de Acab ahora cambia y se pone colorado. Ha sido acusado delante de su séquito de haber dejado a Jehová y de haber seguido a los baales. Observemos que su pecaminosa e idólatra esposa no está presente ni es mencionada.
El rey acepta el desafío.
- ¡Adelante! - grita el rey. La caravana se pone de nuevo en movimiento. El profeta de Dios se aleja despacio por un sendero desierto.
“Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel y reunió a los profetas en el Monte Carmelo”. Vienen en solemnes procesiones canturreando lúgubremente. Sus vestidos muestran colores brillantes. Sus cabezas tienen unos sombreros de forma cónica que los hacen aparecer más altos e imponentes. Mientras desfilan se escucha el sonido grave de los tambores que usaban en los sacrificios a Moloch.
El monte se va llenando de “dignatarios religiosos”. Se ubican en una de las laderas del monte. Son 450 profetas de Baal. Ahora les toca el turno a los de Asera. Estos tienen también ropajes muy vistosos. Llevan grabados en sus togas unos signos raros que solo los “iniciados” pueden entender. Hacen su desfile despaciosamente acompañando con instrumentos musicales un canto fúnebre y monótono.
Se disponen en orden, en posición diametralmente opuesta a los sacerdotes de Baal. ¡Qué espectáculo pintoresco! Allí está el rey con su séquito y corte. Hay 450 sacerdotes de Baal de un lado y 400 profetas de Asera del otro. Parecería un gran festival de música pagana.
También se le podría comparar a una Convención Nacional de los Sacerdotes de Baal y Asera. Allí estaba lo mejor de lo mejor de la vida religiosa de Israel. Eran los líderes religiosos que patrocinaba la reina Jezabel y su esposo el rey Acab. El aspecto solemne y beatífico de los sacerdotes hacía más formal la ocasión.
La escena me hace recordar a la expectativa creada por el joven David cuando fue a pelear con el gigante Goliat. Una gran cantidad de gente estaba mirando para ver lo que iba a pasar.
Ahora se dirige Elías al pueblo en un discurso muy breve.
“Elías se acercó a todo el pueblo”.
Parecería que la multitud está a cierta distancia como tratando de “protegerse” por cualquier contingencia. Es como cuando en las carreteras hay carreras de automóviles. No es bueno estar muy cerca en caso que hubiera un accidente. Elías se acerca a la muchedumbre que trata de retroceder como si le tuvieran miedo. El rostro del profeta Elías se muestra indignado. Su voz penetrante y fuerte se escucha:
-¿Hasta cuándo vacilaréis entre dos opiniones? Si el SEÑOR es Dios, ¡seguidle! Y si Baal , ¡Seguidle!
Sigue un profundo silencio. Del campo de los profetas de Baal se levanta un rumor: “Baaaaa”... De la zona donde están los de Asera se oye un abucheo generalizado: Buuu…
El hombre de Dios sencillamente les está diciendo que tomen una decisión.
Seguir al SEÑOR o seguir a Baal. De los dioses falsos hay 850. Del Dios verdadero sólo uno se ha levantado. Sabemos que había otros profetas del SEÑOR que por alguna razón no se habían manifestado.
El pueblo responde con el silencio que es la respuesta de los culpables. Los ancianos bajan su cabeza. Muchos de ellos saben que Elías tiene razón. Que el SEÑOR debe ser seguido. Otros de la multitud muestran indiferencia. Piensan para sí: “¿Hasta cuándo nos va a importunar este fanático con su prédica?”.
Pero Elías no ha terminado y una vez más su voz atronadora y firme se escucha:
-Sólo yo he quedado como profeta del SEÑOR, pero de los profetas de Baal hay 450 hombres”. Si la mayoría alguna vez tuvo la razón, ésta sería la ocasión. La relación es de uno contra 450, sin contar los profetas de Asera.
Ahora vienen los detalles del desafío.”Dennos, pues, dos toros. Escojan ellos un toro para sí, córtenlo en pedazos y póngalo sobre la leña; pero no pongan fuego. Yo prepararé el otro toro y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego. Luego invocad vosotros el nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre del SEÑOR, el Dios que responda con fuego, ése es Dios!”. Los profetas de Baal se miran unos a los otros. El jefe de los idólatras dice “Acepto el desafío”. Los 450 profetas gritan al mismo tiempo “ ¡Baal, Baal, Baal sí; Jehová no!”.
Minutos después viene un clamor del otro lado. Los siervos de Asera aceptan el desafío: Asera sí, el Dios de Elías no.
Esto va a ser muy fácil. “Pan comido” se dicen los baalitas unos a otros.Ellos están absolutamente convencidos de que Baal y Asera son reales y que les van a responder. Baal les ha sido "fiel" en muchas ocasiones. Y por supuesto que el responder con fuego no le tendría que ser difícil a Asera la “Reina del Mar” y madre de Baal.
El mensaje de Elías fue corto pero contundente. Algunos de la multitud empiezan a pensar que Elías no es un loco ni un fanático.¿Y si Elías estuviera en lo cierto…?
Al desafío de Elías el pueblo responde: “¡Bien dicho!”
“Ellos tomaron el toro que les fue dado, y lo prepararon. Luego invocaron el nombre de Baal “. Toda la gente está con gran expectativa. Se percibe una gran tensión como cuando en un día de verano está por estallar la tormenta. Se hace un profundo silencio y el jefe supremo de los sacerdotes de Baal se acerca para hacer la plegaria. Sus vestiduras son realmente llamativas e impresionantes.
Camina con la dignidad de su rango. Cuando llega al lugar de hacer la oración hace un discurso explicándole a Baal la situación. Cuando termina se escucha un gran aplauso de los 450 camaradas. Por fin puede hacer que la multitud deje de aplaudir. Es que esa oración a Baal ha sido toda una pieza oratoria. Pero no sucede nada. Ahora le toca al sacerdote principal de Asera. También viene con gran solemnidad y usando ropas que muestran su “dignidad”. Camina lentamente para demostrar jerarquía. Su oración es muy similar. Ora y ora y cuando terminan hay una prolongada y fuerte ovación ahora de los 450 de Baal y de los 400 de sus camaradas. Extienden sus manos al cielo y le hacen señas a Baal en la dirección donde está colocado el sacrificio. Pero no sucede nada.
La multitud del pueblo de Israel empieza a cruzarse miradas inquisitorias. Los sacerdotes paganos comienzan a orar simultáneamente en grupos cada vez mayores. Son 850 sacerdotes que están clamando a Baal y Asera. Pero no hay respuesta. Algunos de los del pueblo de Israel empiezan a llorar. Se dan cuenta que Baal es impotente. Ellos saben que Dios consumió a Sodoma y Gomorra con fuego que cayó del cielo. Ellos no ignoran que Dios se le apareció a Moisés en la zarza que ardía y no se consumía. Ellos han aprendido que Dios guió a Israel por la noche con una columna de fuego. Pasan las horas y no sucede nada. Ahora las cosas cambian. Empiezan a bailar para alabar a Baal. Los tambores hacen sonar esos ritmos satánicos y los alaridos de los sacerdotes ensordecen. “Baal respóndenos” pero no hay respuesta.
La situación se está poniendo realmente caótica. Los sacerdotes han extraídos de sus vestiduras los cuchillos ceremoniales y se hacen cortes. La sangre empieza a chorrear primero sobre sus ropas y luego en el suelo. Ellos gritan más y más fuerte. Danzan más y más rápido. Algunos de ellos caen al suelo exhaustos pero se levantan y siguen gritando, danzando y sangrando. En la multitud de Israel cada minuto que pasa hay más y más personas que se preguntan: ¿Por qué Baal no responde?
El profeta Elías, a quien normalmente asociamos con austeridad y seriedad está de buen humor. El espectáculo brutal, triste y dramático le irrita al punto que les dice:
- ¡Gritad en alta voz, porque es un dios! Quizás está meditando, o está ocupado (haciendo sus necesidades) , o está de viaje. Quizás está dormido, y hay que despertarle”.
Pasan las horas y los cuerpos se van amontonando en el suelo de aquellos que caen exhaustos. Dios en su soberanía no permitió que Satanás usara una artimaña y provocara algo que los profetas de Baal pudieran jactarse como que fuera debido al poder de su dios. Dios utiliza su poder restrictivo y no hay respuesta de Baal.
El espectáculo es grotesco. Los hombres están desesperados, saltando aquí y allá con gritos, clamores brutales al dios Baal que no puede responder. Es muy difícil para nosotros imaginarnos lo que está sucediendo. Quizás algo con ciertas características similares - con las limitaciones correspondientes -, pueda ser cuando se está jugando una final del campeonato mundial de fútbol.
Allí están los dos equipos empatando y faltan pocos minutos para terminar el partido (Italia y Francia en el 2006) Los “hinchas” o simpatizantes de cada equipo gritan con todas sus fuerzas tratando de propulsar la pelota con el poder de su pensamiento. Cada minuto que pasa la tensión aumenta porque están en los “alargues”.
Falta muy pocos minutos para ver quien va a ganar la copa. Pero en este caso de los fanáticos del equipo de Baal hay muchos y son muy ruidosos. Los partidarios de Elías son pocos y están callados como que tuvieran miedo a darse a conocer.
La sombra del reloj de sol avanza en forma inexorable Ya son más los que del pueblo de Israel se han convencido que Baal no es Dios. ¿Podrá el Dios de Elías hacer algo distinto?
“Y sucedió que cuando pasó el mediodía, ellos seguían profetizando frenéticamente hasta la hora de ofrecer la ofrenda vegetal, y no había voz ni quien respondiese ni escuchase” Aterrorizados los profetas de Baal y Asera miran al sol que se va acercando al punto mas alto del cielo. Ahora comienza a descender. Saben que no pueden ganar. Su única posibilidad es un “empate”. Si Elías no puede lograr lo que el desafío establece, en ese caso, han igualado. Pero Elías no va a hacer “el gol del siglo” sino que va a hacer lo que en el Río de la Plata se llama una “goleada”
“Entonces dijo Elías a todo el pueblo:
-¡Acercaos a mí!
“Todo el pueblo se acercó a él. Luego él reparó el altar del SEÑOR que estaba arruinado”. Los altares de Baal estaban adornados, arreglados y eran muy llamativo. Pero el altar del SEÑOR estaba desmantelado.
“Elías tomó doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob”. “Y edificó con las piedras un altar en el nombre del SEÑOR”. Aunque el reino estaba dividido a los ojos del Señor seguían estando las doce tribus en unidad. Hasta aquí todo parece muy similar a lo que los profetas hicieron. Por supuesto que no hay la ostentación del desfile religioso con los sacerdotes con sus vestiduras extravagantes.
Elías trabaja solo. No hay danza. No hay alaridos. No hay cortes de su cuerpo con las lancetas. De pronto los ojos de los Israelitas se abren mostrando extrañeza. ¿Qué esta haciendo Elías con esa pala? El profeta de Dios comienza a cavar una canaleta alrededor del altar en la que cabían a lo menos 15 litros. El holocausto ya había sido puesto en el lugar del sacrificio con la leña debajo. Ahora Elías ordena que se llenen cuatro cántaros de agua y se derramen sobre el holocausto y la leña. Algunos se dicen unos a otros: “Elías ha enloquecido”. ¡Cómo va a prender un fuego si le echa agua a la leña! Cualquiera sabe que la leña mojada no arde. Pero para sorpresa de los concurrentes luego que los cántaros han sido derramados el ordena que se haga lo mismo otra vez. Ya han caído 8 cántaros. Todo esta mojado.
Pero el profeta de Dios dice que se haga una vez más y cuatro cántaros más aparecen y su contenido de agua es derramado sobre el holocausto y la leña. Había una piedra por cada tribu de Israel. También hubo el vaciado de un cántaro por cada tribu. La leña está toda “empapada”. El agua corre por la zanja que rodea al altar. La canaleta está repleta de líquido.
El suelo ya no puede absorber más agua. “Cuando llegó la hora de presentar la ofrenda vegetal, se acercó el profeta Elías”. Ha esperado el momento oportuno. Todos lo están mirando. La tensión de los cientos de los profetas agotados, ensangrentados y fracasados se nota en el ambiente. Por eso volvemos a la imagen de los últimos minutos del mundial de fútbol. Todos están pendientes a cada movimiento que el profeta de Dios hace.
La oración de Elías es corta y sencilla. Se puede expresar en menos de un minuto. ¡Qué diferencia a esos discursos prolongados de los sacerdotes paganos!
- ¡Oh SEÑOR , Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo; y que por tu palabra he hecho todas estas cosas! Respóndeme, oh SEÑOR; respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú , oh SEÑOR eres Dios, y que tú haces volver el corazón de ellos”. Notemos que se dirige al Dios de Abraham, el hombre de fe. Luego menciona al Dios de Isaac, el hombre nacido por la promesa cuando todo parecía imposible. Y también utiliza el término “el Dios de Jacob”.
El hombre que era un engañador pero que Dios en su misericordia eligió para mostrar su gracia y bondad. El no pide el milagro para deslumbrar con sus habilidades “mágicas”. Lo hace para demostrar que el SEÑOR es el Dios en Israel y para que el pueblo retorne a Dios. Aprendemos por esta oración que todo lo que Elías ha hecho fue ordenado por Dios aún en los detalles (“... y que por tu palabra he hecho todas estas cosas!”)
“Entonces cayó fuego del SEÑOR, que consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo: y lamió el agua que estaba en la zanja”. No solamente el sacrifico fue consumido sino que debido a la muy alta temperatura las piedras y el polvo de tierra fueron consumidos. ¡Qué escena tan solemne!
Nos hace acordar de las palabras de Pablo en Romanos “¿O menosprecias las riquezas de su bondad, paciencia y magnanimidad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?”
La reacción del pueblo fue inmediata. Se postran sobre su rostro y dicen:
- ¡El SEÑOR es Dios! ¡El SEÑOR es Dios!
“Entonces Elías les dijo:
- ¡Prended a los profetas de Baal! ¡Qué no escape ninguno de ellos! Los prendieron y Elías los hizo descender al arroyo de Quisón, y allí los degolló”.
Los profetas de Baal agotados físicamente luego de las horas de saltar, gritar, danzar y herirse el cuerpo con lancetas no pueden resistirse a los hijos de Israel que obedecen el mandato de Elías. El juicio de Dios sobre estos profetas diabólicos fue severo pero sabemos que el SEÑOR es justo.
Estas religiones paganas tenían ceremonias repugnantes tales como la de ofrecer niños que eran arrojados vivos a la hoguera en sacrificio a los dioses paganos. El único modo de evitar la propagación de esas prácticas terribles era ejerciendo el castigo capital.
Elías ahora le anuncia al rey Acab que la gran sequía ha terminado y que Dios va a enviar la lluvia que tanto necesitaban. Al final del día Elías está agotado. Sabe que su Dios ha oído su oración. Ha aprendido que su Dios es “fuego consumidor”
¡Qué necesidad tenemos en estos días de superficialidad espiritual de tener personas de convicción, coraje y fidelidad a Dios como Elías! ¿Serás tú uno de ellos?
NOTAS: Si bien mucho de los profetas de Baal y Asera eran engañadores profesionales, habría algunos que realmente estaban convencidos que esos dioses eran reales y tenían poder. Por eso el apóstol nos dice “pues el dios de esta edad presente ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no les ilumine el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios” (2 Cor.4:4).
La práctica repetida del engaño e idolatría les ha pervertido la conciencia. Algo similar va a suceder en el día futuro cuando “Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira” ( 2 Tes.2:11)
Elías se burla de Baal porque puede estar dormido y no hay quien le despierte. El Dios de Israel nunca duerme. Siempre está con sus oídos atentos a las oraciones de lo suyos (Sal.34:15; 121:3,4) Observemos que el fuego de Dios cayó en forma selectiva sobre el sacrificio. Esto sucede de inmediato después de la oración de Elías. Dios podía destruir a los falsos profetas con fuego pero no lo hizo. El pueblo tenia que aprender que el SEÑOR es real y responde por fuego.
TEMAS PARA CONSIDERAR:
-La oración de Elías.
-La valentía de Elías.
-Los sacerdotes de Baal y sus engaños.
-El Dios que responde con fuego.
-Vacilar entre seguir al SEÑOR o Baal.
-Confiando en una divinidad impotente.