Estudio bíblico de la primera epístola del apóstol Juan (Tercera parte)
1 Juan 3
En los dos capítulos anteriores, el apóstol dejó claro que no todo el que dice ser cristiano realmente lo es (1 Jn. 1:6,7; 1 Jn. 2:18,19), y enseña que el que verdaderamente es de Cristo tendrá unas marcas o características que dan evidencia de a quién sirve verdaderamente.
En nuestro estudio, marcamos dichas características en tres grupos: Santidad, Amor, Doctrina Correcta; vimos que el que verdaderamente sigue a Cristo anhelará profundamente una vida de santidad, amará a su prójimo y a su hermano, y se fundamentará en la doctrina de los apóstoles y profetas (Ef. 2:20). Ahora, en este nuevo capítulo, el apóstol pasa a enseñarnos cómo estás características se aplican en la vida diaria. Lo veremos también reunido en tres grupos: Obediencia, amor y fe; pero en esté capitulo solo veremos las dos primeras.
En nuestro estudio, marcamos dichas características en tres grupos: Santidad, Amor, Doctrina Correcta; vimos que el que verdaderamente sigue a Cristo anhelará profundamente una vida de santidad, amará a su prójimo y a su hermano, y se fundamentará en la doctrina de los apóstoles y profetas (Ef. 2:20). Ahora, en este nuevo capítulo, el apóstol pasa a enseñarnos cómo estás características se aplican en la vida diaria. Lo veremos también reunido en tres grupos: Obediencia, amor y fe; pero en esté capitulo solo veremos las dos primeras.
Obediencia.
El que es verdaderamente hijo de Dios no practicará el pecado. Quien practica el pecado es hijo del diablo.
1 Juan 3:1 El verdadero creyente es un extraño para el mundo pues no sigue sus valores, normas ni sistema. Si somos hijos de Dios iremos "contra la corriente" del mundo, lo cual provocará que día tras día seamos más aborrecidos. (Juan 15:18-21; Lucas 6:22).
1 Juan 3:2,3 El proceso de santificación terminará cuando Cristo vuelva, pero el creyente verdadero trabajará en su santidad, porque su esperanza es la Bendita Esperanza. El mayor deseo de los hijos de Dios es que el Señor regrese, ya que cuando esto suceda, nuestros cuerpos serán glorificados y seremos semejantes a Él (Fil. 1:6)
1 Juan 3:4-6 Todos hemos pecado (Romanos 3:23), todos hemos infringido la Ley de Dios (Rom. 1); pero Cristo, en la cruz, quito el pecado de aquellos que nos acercamos a Él. Por tanto, quien práctica el pecado realmente no le ha conocido.
1 Juan 3:7-10 No hay "grises" ni "términos medios", no existe tal figura que se ha enseñado en las iglesias modernas del "cristianos carnales"; o eres hijo de Dios o eres hijo del diablo. Quien sigue llevando una vida de pecado no es hijo de Dios sino del diablo (Juan 8:44). El verdadero hijo de Dios no puede permanecer en pecado porque la simiente de Dios, Cristo, está en él (2 Cor. 5:17)
Amor
Amar debe ser más que una palabra, debe ser un hecho. La manifestación más grande del amor del creyente es una vida altruista y caritativa.
1 Juan 3:11,12 La envidia provoca celos, el celo odio, y el odio muerte. Caín mató a su hermano por envidia; no así entre los hijos de Dios, pues se nos manda a amar a nuestro hermano. La envidia nace cuando se desea lo que otro a logrado, pero el hijo de Dios no deba amar las cosas del mundo (1 Jn. 2: 15-17), su mirada debe estar puesta es en Cristo, así al ver a su hermano salir adelante en alguna cosa, se alegrará, pues su Señor será glorificado.
1 Juan 3:13 El mundo vive entre odios y celos, rabias y rencores, por eso el mundo nos odia. Nosotros predicamos un Evangelio de la gracia y el amor de Dios y el mundo no quiere eso, ellos quieren y se deleitan en la venganza y en el rencor (Lc. 6:22).
Amado hermano, no sufras ni te contriste si estás siendo odiado por un no creyente, aún si se tratase de un familiar, recuerda que a Cristo odiaron primero. Tampoco sufras ni te turbes si hablan mal de ti, recuerda que aún les faltaría mucho para acercarse a la verdad.
Amado hermano, no sufras ni te contriste si estás siendo odiado por un no creyente, aún si se tratase de un familiar, recuerda que a Cristo odiaron primero. Tampoco sufras ni te turbes si hablan mal de ti, recuerda que aún les faltaría mucho para acercarse a la verdad.
“Hermano: Si algún hombre piensa mal de ti, no te enojes con él; porque tú eres peor de lo que él piensa que eres. Si te acusa falsamente por algo, estate satisfecho; porque si te conociera mejor podría cambiar la acusación y no saldrías beneficiado por ese cambio. Si pintan un cuadro moral de ti y es feo, estate satisfecho; porque todavía necesitaría unos toques de negro para acercarse más a la realidad.”
Charles H. Spurgeon
1 Juan 3:14-16 Amar a nuestro hermano es sacrificarnos por ellos y dar nuestra vida vida por ellos. Esta es una señal de la verdadera profesión de fe, no aborrecemos sino que amamos.
1 Juan 3:17,18 Las obras no dan salvación, pero son señal de ella. Quien puede ser caritativo y no lo hace, no es de Dios. Miremos cuál grande ejemplo nos marcan los Evangelios al narrar la historia del Joven rico y de saqueo (Mateo 19:16-26; Lucas 19:1-10). El primero creía haber cumplido con la ley de Dios, pero se entristeció ante la demanda de Jesús de desprenderse de todos sus bienes. El segundo, siendo un gran pecador, no escatimo ni dudo, aún si que Jesús se lo pidiera, en desprenderse de todo cuanto poseía con tal de tener a Cristo.
1 Juan 3:19-21 El Espíritu Santo habla a nuestra conciencia. A través de está nos redarguye e insta. Si al hacer algo nuestro corazón es angustiado, debemos examinarnos y arrepentirnos; no debemos pecar contra nuestra conciencia (Stg. 4:17; 1 Corintios 8)
1 Juan 3:22 Este verso cierra la boca de aquellos que pretenden usar a Dios para alcanzar sus objetivos, sueños y deseos materiales, olvidando de antemano que no debemos desear cosas del mundo (1 Jn 2:15-17) pues el reino de Dios no consiste en bebida ni en comida (Rom. 14:17). Recibimos lo que pedimos cuando pedimos conforme a la voluntad del Padre, cuando nuestros deseos están alineados a los deseos del Padre, y los deseos del Padre es que Cristo sea glorificado. A esto se refiere "deleitarse en el Señor" (Sal. 37:4), es por eso que Él concede las peticiones de nuestro corazón, pues estás peticiones serán las que se conformen a la voluntad del Padre, pediremos lo que el Padre quiere que pidamos. Mientras esto no sea una realidad en nosotros, nuestras peticiones no serán concedidas, pues estás peticiones serán conforme a nuestro corazón malvado (Jer. 17:9) y por ende pediremos para nuestros deleites (Stg. 4:3)
1 Juan 3:23,24 El mandamiento es: creer en Cristo y amarnos. El Espíritu es quien nos guiará y dará seguridad de salvación.
CONCLUSIÓN
El verdadero creyente llevará una vida marcada por la obediencia a Dios que es la santidad, también amará a su prójimo y dará su vida por ellos. Esto implica una vida de altruismo donde no buscará "amasar" riquezas, sino que, tomando como ejemplo la vida de Charles Spurgeon, aunque tenga grandes ingresos monetarios, nunca buscará tener muchas comodidades sino que se entregará a la caridad y al servicio de los demás.
Es por esto que los falsos maestros se identifican también. El lobo vestido de oveja ama el dinero y los lujos, aunque diga ser cristiano. Un creyente no debe mantener una ostentación de cosas materiales tales como mansiones de millones de dolares o Jets privados, pues estás son ostentaciones que corrompen el alma y conducen a la impiedad.
El verdadero creyente buscará siempre es que el reino de Dios sea extendido y que el hermano que esté en necesidad sea ayudado.
Es por esto que los falsos maestros se identifican también. El lobo vestido de oveja ama el dinero y los lujos, aunque diga ser cristiano. Un creyente no debe mantener una ostentación de cosas materiales tales como mansiones de millones de dolares o Jets privados, pues estás son ostentaciones que corrompen el alma y conducen a la impiedad.
El verdadero creyente buscará siempre es que el reino de Dios sea extendido y que el hermano que esté en necesidad sea ayudado.
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