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¿PUEDEN LAS MUJERES EJERCER EL MINISTERIO PASTORAL?

Por algunas dificultades técnicas no he podido mantener la regularidad en las publicaciones, pero, teniendo un poco de tiempo, he deci...

lunes, 20 de marzo de 2017

CORAM DEO


Por: R.C. Sproul

Nunca la olvidaré a mama delante de mí, con las manos en equilibrio sobre sus caderas, sus ojos mirando como brasas de fuego y diciendo en voz estentórea, “¿Cuál es la gran idea, joven?”
Instintivamente sabía que mi madre no me estaba hacían una pregunta abstracta acerca de teoría. Su pregunta no era una pregunta en absoluto, era una acusación velada. Sus palabras fueron traducidas fácilmente para decir, “¿Por qué están haciendo lo que están haciendo?” Ella me estaba desafiando a justificar mi comportamiento con una idea válida. Yo no tenía ninguna.
Recientemente un amigo me hizo con toda seriedad la misma pregunta. Él preguntó: “¿Cuál es la gran idea de la vida cristiana?” Estaba interesado en el objetivo primordial y último de la vida cristiana.
Para responder a su pregunta, me caí de nuevo en la prerrogativa del teólogo y le di un término latino. Yo dije: “La gran idea de la vida cristiana es coram Deo. Coram Deo captura la esencia de la vida cristiana.”
Esta frase, literalmente, se refiere a algo que se lleva a cabo en la presencia de, o ante la presencia de Dios. Vivir coram Deo es vivir toda la vida en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios, para la gloria de Dios.
Vivir coram Deo es vivir toda la vida en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios, para la gloria de Dios. —R.C. Sproul
Vivir en la presencia de Dios es entender que todo lo que estamos haciendo y donde lo estamos haciendo, estamos actuando bajo la mirada de Dios. Dios es omnipresente. No existe un lugar tan remoto que pueda escapar a su mirada penetrante.
Estar al tanto de la presencia de Dios es también estar muy consciente de Su soberanía. La experiencia uniforme de los santos es reconocer que si Dios es Dios, entonces Él es realmente soberano. Cuando Saulo se encontró con la gloria refulgente de Cristo resucitado en el camino a Damasco, la pregunta inmediata fue: “¿Quién eres, Señor?” No estaba seguro de que estaba hablando con él, pero sabía que quienquiera que fuese, estaba sin duda soberanamente sobre él.
Vivir bajo la soberanía divina implica algo más que una sumisión reacia a la soberanía absoluta que está motivada por el temor al castigo. Se trata de reconocer que no hay una meta más alta que ofrece el honor a Dios. Nuestras vidas deben ser sacrificios vivos, oblaciones ofrecidas en un espíritu de adoración y gratitud.
Vivir toda la vida coram Deo es vivir una vida de integridad. Es una vida de plenitud, que encuentra su unidad y coherencia en la majestad de Dios. Una vida fragmentada es una vida de desintegración. Se caracteriza por la inconsistencia, la falta de armonía, confusión, conflicto, contradicción y caos.
El cristiano que compartimenta su vida en dos secciones de lo religioso y no religioso no ha logrado comprender la gran idea. La gran idea es que toda la vida es religioso o nada de la vida es religiosa. Dividir la vida entre lo religioso y no religioso en sí es un sacrilegio.
Esto significa que si una persona cumple su vocación como un fabricante de acero, abogado, o ama de casa coram Deo, entonces esa persona está actuando cada pedacito tan religiosamente como un evangelista ganando almas quien cumple su vocación. Esto significa que David era tan religioso cuando obedeció el llamado de Dios para ser un pastor como lo era cuando él fue ungido con la gracia especial de la realeza. Esto quiere decir que Jesús era tan religioso cuando trabajaba en el taller de su padre carpintero como lo fue en el Jardín de Getsemaní.
La integridad se encuentra donde hombres y mujeres viven sus vidas en un modelo de consistencia. Es un modelo que funciona de la misma forma básica en la iglesia y fuera de la iglesia. Es una vida que está abierta delante de Dios. Es una vida en la que todo lo que se hace, se hace como para el Señor. Es una vida vivida por principio, no conveniencia; por humildad ante Dios, no en desafío. Es una vida vivida bajo la tutela de la conciencia que está presa por la Palabra de Dios.
Coram Deo… ante el rostro de Dios. Esa es la gran idea. Junto a esta idea nuestras otras metas y ambiciones se vuelven en meras trivialidades.

LA VIDA DEL VERDADERO CREYENTE (II)


Estudio bíblico de la primera epístola del apóstol Juan (Cuarta parte)

1 Juan 4

En los dos capítulos anteriores el apóstol dejó claro que no todo el que dice ser cristiano realmente lo es (1 Jn. 1:6,7; 1 Jn. 2:18,19), y enseña que el que verdaderamente es de Cristo tendrá unas marcas o características que dan evidencia de a quién sirve verdaderamente. 
El capítulo anterior dimos inicio a cómo las tres características del verdadero cristiano (Santidad, Amor y Doctrina Correcta), se aplican a la vida diaria. Vimos que la Obediencia es la santidad en práctica y vimos el amor en acción; ahora, en este nuevo estudio, basándonos en el capitulo cuatro de la epístola del apóstol, veremos como la Doctrina Correcta se aplica en la fe.

Fe

Una verdadera fe en Cristo es aquella que se fundamenta en las enseñanzas de los apóstoles y profetas (Ef. 2:20). Estas enseñanzas nos llegan a nosotros por medio de las Sagradas Escrituras que son el medio por medio del cual Dios nos habla hoy.

1 Juan 4:1-3. Desde el mismo momento en que se inició el nacimiento de la Iglesia, el diablo a querido confundir el mensaje. Para esto se ha valido de el "espíritu del anticristo" que no es otra cosa sino la oposición y negación a la doctrina ortodoxa.

1 Juan 4:4-6. El verdadero creyente no será engañado pues en él mora el Espíritu de Dios el cual es mayor que el mundo; si alguno es engañado y sale de la Iglesia no era realmente un hermano en la fe (1 Jn 2:18,19). El verdadero mensaje de Dios no es escuchado, ni le agrada al mundo. Pero el mensaje de los falsos maestros siempre atraerá a las masas de almas incautas que solo buscan satisfacer sus deseos mundanos.

1 Juan 4:7-12. El practicar el amor también es parte de una fe verdadera, pues Dios es amor y nos manda a amar. Pero incluso esto ha intentado imitar el enemigo, por eso podemos ver ciertas manifestaciones de amor entre las falsas iglesias, e incluso, entre los escépticos o ateos abiertamente declarados.
Todo aquel que conoce a Dios ama a su hermano, pero lo ama porque Dios nos amó primero, incluso amamos a Dios por la obra que Él hizo por nosotros; por tanto, las manifestaciones de amor entre nosotros se dan por el amor que sentimos hacía Dios. Este es un amor perfecto en el cual no hay interés por reciprocidad o de ninguna otra clase. Pero no es así en las falsas iglesias, ellos se aman buscando ser aceptados por el hombre y sus manifestaciones de afecto, comúnmente traen intereses por ser gloriados en ello. Por eso esperan ser correspondidos, y en el momento en que no lo son nace la amargura, odio, tristeza y resentimiento en sus corazones.

1 Juan 4:13-15. El Espíritu Santo nos da la seguridad de que permanecemos en Dios ¿Cómo lo hace? Nuestro mensaje y nuestras obras tendrán un único fin: que Cristo sea glorificado y el nombre de Dios sea exaltado.

1 Juan 4:16-21. Entre más nos dedicamos a amar, más nos asemejamos a nuestro Señor. Esto en últimas instancias nos da garantía de nuestra salvación, puesto que si nos parecemos a Él es porque Él está en nosotros ya que su Espíritu es el que hace la obra en nosotros.
El amor también nos ayuda a no temer, pues el Espíritu en nosotros no es de cobardía y sabemos que nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios en Cristo Jesús (Rom. 8:35-39)

CONCLUSIÓN

El amor es fundamental en la vida del creyente pues amamos porque amamos a Dios, y amamos a Dios porque Él nos amó primero. Esto implica que es Dios quien es el centro y no nosotros.
Esta es la diferencia: el mundo, la falsa iglesia, los falsos creyentes y los falsos maestros, movidos por el espíritu que opera en ellos el cual es el anticristo, buscará poner al hombre como el centro de todo. Esto es un ataque directo a la deidad y la soberanía de Cristo, la cual no es más que la primera rebelión en la que cayó lucifer (Jn 8:44)

sábado, 18 de marzo de 2017

DONES MINISTERIALES: RESUMEN

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
Efesios 4:11-12 


¿Cuál es la diferencia entre un don y un ministerio? la posición de liderazgo. Los ministerios son posiciones que Dios ha establecido para que ciertas personas puedan guiar y así perfeccionar a las congregaciones.


Como ya hemos visto, todos los creyentes reciben dones por parte del Espíritu Santo, pero no todos los dones conllevan una posición de autoridad, aunque todos debemos ponerlos al servicio del cuerpo de Cristo. Un creyente puede ser dotado con varios dones, mientras que alguien designado con un ministerio DEBE tener varios dones, ya que cada uno de estos llamados requiere una cierta combinación de éstos para poder ser llevado a cabo y lograr el objetivo final: la edificación de los creyentes.


Existen cuatro ministerios u oficios que menciona la Biblia: 1. Apóstoles; 2. Profetas; 3. Evangelistas; 4. Pastores y Maestros. Estos cuatro oficios los podemos dividir en dos categorías: las posiciones fundacionales y las posiciones fundamentales. Las posiciones fundacionales son los apóstoles y los profetas, quienes fueron utilizados para establecer los cimientos de la iglesia (Efesios 2:20), mientras que las posiciones fundamentales son evangelistas, pastores y maestros, quienes son esenciales para el funcionamiento de la iglesia.

viernes, 17 de marzo de 2017

DONES MINISTERIALES: PASTORES



Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
Efesios 4:11-12

Efesios 4:11, menciona Apóstoles, profetas, evangelistas y “pastores y maestros”. Aquí está hablando de UN oficio, no dos. El original griego establece que es una persona.

Cuando todos los profetas del Nuevo Testamento murieron, el pastor-maestro tuvo el ministerio local hacia un cuerpo de creyentes. El trabajo de un pastor-maestro es un ministerio amoroso, donde aplicar la doctrina, protege y alimenta al rebaño. El pastor-maestro permanece en una congregación y ministra sus necesidades prácticas aplicando la doctrina; pastorea la iglesia: la alimenta, la nutre, la guarda, defiende, advierte, desafía, instruye, construye paredes a su alrededor para protegerla.

jueves, 16 de marzo de 2017

DONES MINISTERIALES: EVANGELISTAS



Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
Efesios 4:11-12

Algunos piensan que el origen de esta palabra deriva de la figura de jaboneros, estos vendedores de jabón iban a los mercados a ofrecer su producto: tomaban alguna persona sucia y ahí mismo la lavaban. Después decía “miren, esto es lo que el producto puede hacer”. Esto ocasionó que a los que predicaban el evangelio se les llamara jaboneros, porque lavaban el interior de las personas.

Recordemos que todos los creyentes tenemos la obligación de testificar, pero hay personas que tienen el don especial de explicar detalladamente el mensaje de salvación, estos son los evangelistas. Su tarea principal es predicar el evangelio. Esto se puede lograr de dos maneras: fundando iglesias o movilizando gente en las iglesias ya existentes.

Felipe es un ejemplo de un evangelista que predicó el evangelio en un territorio nuevo, donde Cristo no había sido predicado y entonces inició una iglesia. Timoteo es un ejemplo de un evangelista que fue a asambleas establecidas y movilizó a la gente para evangelizar su ciudad. Este oficio sigue vigente y es fundamental para la expansión del mensaje y el crecimiento del Cuerpo de Cristo, sin los evangelistas, el evangelio no alcanzaría al mundo inconverso.

martes, 14 de marzo de 2017

DONES MINISTERIALES: PROFETAS


Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
Efesios 4:11-12

La palabra griega prophetes significa "uno que habla". El profeta era alguien que le daba a Dios una voz en el mundo. Su función era dar revelación a un grupo local de creyentes, eran las personas que Dios usó para compilar Sus preceptos para que fueran entregados a los creyentes.

Fueron un grupo temporal, estuvieron presentes mientras se completó el Antiguo Testamento, luego desaparecieron por 400 años, reaparecieron para dar el Nuevo Testamento y en cuanto se terminó desaparecieron nuevamente. Esta es la razón por la que actualmente no existen profetas como oficio, ya que tenemos toda la revelación necesaria por parte de Dios en la Biblia. Sin embargo, como don, sigue funcionando en su parte reiterativa, a través de los predicadores cuando exponen la Palabra.


lunes, 13 de marzo de 2017

DONES MINISTERIALES: APÓSTOLES



Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, Efesios 4:11-12

El Apóstol fue el líder primario en la historia de la iglesia. La palabra griega apostolos de la cual nosotros obtenemos la palabra apóstoles, una palabra simple, común para mensajero. Esto ha provocado que algunas personas quieran elevar a todos los que actúan como mensajeros a esta categoría como un título oficial. Así que hay que ser cuidadosos en hacer una diferencia entre los Apóstoles oficiales y los simples mensajeros.

Existen ciertas características que un Apóstol debe reunir, tenían que haber visto, escuchado y tenido una relación personal con Jesús y haberlo visto resucitado (Hechos 1:22-23; 9:5; 18:9-10; 22:17-18; 23:77; 1 Juan 1:1-3). Estas características solamente fueron cumplidas por los 12, Matías y Pablo. Ellos fueron usados por Dios para poner las bases de la Iglesia (Efesios 2:20), una vez que el fundamento se sitúa, el edificio se construye sobre él. Actualmente no hay necesidad de Apóstoles, ya que la iglesia ya fue fundada y ya tenemos la doctrina que debemos seguir contenida en la Biblia.

En el sentido simple de mensajero, ¿los misioneros podrían ser apóstoles? si, pero en la traducción general de la palabra, no como uno de los 5 oficios señalados por Dios.

domingo, 12 de marzo de 2017

DONES DE SEÑALES: RESUMEN.




Como su nombre lo indica, estos dones sirven como SEÑALES y están dirigidos a los INCONVERSOS sobre la autenticidad divina del mensaje que se está entregando. Su propósito principal no es edificar, sino autentificar el mensaje del evangelio, por lo que estos dones no son para ejercerse dentro de la iglesia, sino hacia el mundo, para que conozcan y acepten el mensaje de salvación. 

Dado esto, no es correcto utilizarlos como espectáculo dentro de las congregaciones, ni como medidor de espiritualidad. Como ya vimos, los primeros dos grupos de dones son para edificar y servir al Cuerpo de Cristo, estos dones son para agregar miembros al cuerpo.

NOTA: Recuerdo una vez más que, para el caso de los dones de señales, no estoy entrando en discusión si están vigentes o no. El estudio se centra ÚNICAMENTE es decir qué son y para qué son

sábado, 11 de marzo de 2017

DONES DE SEÑALES: INTERPRETACIÓN DE LENGUAS


[...] y a otro, interpretación de lenguas. 1 Corintios 12:10 


La palabra griega para interpretación es hermeneuo, que significa "traducir". El don de interpretación es la capacidad sobrenatural para traducir un lenguaje que uno nunca ha aprendido, de modo que otros puedan ser edificados por el mensaje (1 Corintios 14:5). 

Este don junto con el de lenguas, tiene por objetivo que el mensaje del Evangelio sea predicado en toda cultura y nación y toda persona, sin importar su dialecto, sea confrontado con la Palabra de Dios; por tanto, el don de interpretación de lenguas DEBE ser utilizado en conjunto con el don de lenguas si se pretende realizar dentro de la congregación.

jueves, 9 de marzo de 2017

DONES DE SEÑALES: LENGUAS.



[...] a otro, diversos géneros de lenguas; [...] 1 Corintios 12:10 

Lenguas viene de la palabra griega glossa, que quiere decir idioma. El don de lenguas es la capacidad sobrenatural divinamente otorgada para hablar en un idioma que no había sido aprendido por el que lo hablaba. En 1 Corintios 13, el apóstol Pablo menciona las lenguas angélicas, las cuales no son mencionadas en ninguna otra parte de la Escritura. Asumiendo que sean un tipo de lengua no humana, el don de lenguas NO se refiere a lenguas extáticas (repeticiones silábicas sin sentido), sino a lenguas que puedan ser traducidas, ya sea por hablantes de las mismas o por personas con el don de interpretación.

Si se pretende utilizar el don de lenguas en público, se DEBE contar con alguien que tenga don de interpretación (puede ser la misma persona o alguien más), en caso contrario NO debe ser utilizado (1 Corintios 14:27-28).


miércoles, 8 de marzo de 2017

APARTA UN TIEMPO DIARIO CON DIOS



El propósito de que Jesús fuera al desierto por 40 días fue prepararse para cumplir con su misión de vida. Él ya pasaba tiempo con Dios, diariamente compartía tiempo con él. Podríamos pensar que no necesitaba ir al desierto para estar con el Padre, pero obedece al Espíritu Santo para encontrarse con él y no se resiste. Fue a escuchar de él lo necesario para estar preparado para iniciar su misión pública entre nosotros. 

Esto significa que, si quiero realmente saber qué quiere Dios para mí, es esencial buscarle intensamente y obedecer al Espíritu Santo para que nos guíe hacia él, renunciando a tomar el control que nos llevaría a buscar a Dios a nuestra manera y con nuestras fuerzas. 

Por el contrario, es común ver pasar los días mientras invertimos nuestra energía en lo urgente, pero lo importante va quedando rezagado. Vivir cada día para buscar y disfrutar la presencia de Dios debería ser lo más importante en nuestras vidas, como lo fue para Cristo.

Las personas usan su tiempo en lo que más les importa, sea la familia, el trabajo o los pasatiempos favoritos. Pero la complicada rutina, el caos de las ciudades, los largos recorridos para trasladarse a la oficina y de vuelta al hogar; las responsabilidades propias de la posmodernidad como llevar el auto al taller, ir al supermercado, ir de compras, disfrutar de opciones de entretenimiento como el cine, al salón de belleza, al gimnasio y una larga lista de compromisos sociales, van dejando poco espacio para la pareja, los hijos, los padres o para Dios mismo.

Es común escuchar intrincados argumentos sobre por qué no es posible dedicar tiempo diario a la lectura de la Biblia o a la oración. Por lo general, se dice que uno está muy ocupado. Tenemos tiempo para muchas cosas, ¿y para Dios? Nuestra soberbia nos ha llevado al error de convertir la comunión con Dios en actividades a las cuales les asignamos un espacio en nuestras apretadas agendas. No obstante, la comunión con Dios no se trata únicamente de tener un tiempo para él.

Generalmente se enseña que la comunión con Dios consiste en orar, leer la Biblia y asistir al templo los domingos. Si bien Jesucristo hizo estas cosas, ¡los religiosos de su época también lo hacían! ¿Qué, pues, los hacía diferentes? La obediencia, la cual proviene de un corazón humillado que adora sinceramente al Padre.

Dios anhela pasar tiempo contigo, sí, merece tu atención, tu adoración y tu entrega a él, seguro que sí, mas tener comunión con él es hacer de estas cosas el medio, y no el fin, para hacer la voluntad del Señor.

Ir al desierto es sortear los obstáculos de la vida para pasar tiempo con él para ser uno con él y estar unido a él. Limitar nuestra búsqueda de Dios a unas horas a la semana se identifica más con los religiosos de la época de Cristo, que con Cristo. 

Si nos remontamos al inicio de la creación, encontramos en el relato bíblico que el Creador formó al hombre y le dio vida el sexto día, es decir, el último. Al día siguiente, Dios descansó de su trabajo creativo. Aquello no fue casualidad. Durante el séptimo día, el primero de su existencia, el hombre pudo disfrutar a Dios y Dios de él. ¡Para eso lo creó! Para que ambos compartieran el tiempo y el espacio, sin embargo, por sí solo esto no produce comunión. Entonces, ¿qué? 

Vamos por partes. 

Para convertirnos de enemigos a adoradores de Dios y tener comunión con él, el principio de todo es la oración. Algunos creen que es algo místico y que al pronunciar ciertas palabras pasarán cosas en el ámbito espiritual que tendrán un impacto en el terrenal, como si fueran conjuros o palabras mágicas que hagan ocurrir lo deseado.

Jesús no usó la oración como un decreto o como un conjuro, sino para relacionarse con Dios en la intimidad, para conocerlo mejor y, al mismo tiempo, descubrir sus propios anhelos, temores y sus más profundos pensamientos. Lo que hacen los amigos. No obstante, en Dios hay un amigo y aun más que ello, un amo, un creador, un proveedor y un Padre.

A la iglesia han sido introducidas doctrinas orientales que enseñan que las palabras tienen poder y se les llama decretos o declaraciones. Al decretar la prosperidad, la salud o cualquier otro deseo, quien lo dice cree que verá materializados sus dichos, haciéndose dios ellos mismos. Ni la oración ni la fe tienen que ver con eso. Si bien los discípulos y el propio Maestro hicieron milagros por medio de la fe, creyendo que Dios los había escuchado, esto fue posible por su comunión con él, no porque pensaran que sus palabras harían que las cosas sucedieran. Ellos permanecieron en la palabra del Señor, pidieron, Dios escuchó y recibieron sus peticiones.

Muchos predicadores enseñan que la oración tiene poder. Es algo que suena impactante, pero es una falacia que está llena de religiosidad, misticismo y superstición. Suena a verdad, pero está lejos de ella. En realidad la oración no tiene poder, sino aquel a quien se invoca, a quien es dirigido el ruego. Él es quien tiene poder para responder y hacer, pues no hay algo imposible para el Señor.

No dejes pasar un solo día sin apartar un tiempo para Dios. Él tiene mucho que decirte, pero si usas la oración como un monólogo en el que le recuerdas tus problemas y le pides que intervenga, sencillamente nunca podrás escucharlo.

Si usamos el ejemplo que el mismo Jesucristo dio, cuando sus discípulos le pidieron que les enseñara a orar, podemos retomar esta guía como modelo para conocer qué aspectos hay que mencionar cuando nos dirigimos a Dios (Mateo 6:9-13). Recuerda que no es un rezo y que no sirve de nada repetir las frases.

Cuando ores reconoce quién es a quien te diriges y recuerda quién eres tú. Alábale y confiesa sus atributos. Rinde honor a Dios con tu actitud y tus acciones. Sé un ejemplo de la soberanía de Dios en tu vida y pídele que gobierne en tu corazón y en el de las personas. Pide provisión material para cada día. Perdona y pide perdón, confiesa tus pecados y arrepiéntete. Pide que te sostenga en la tentación y que te libre de peligros. Al hacer estas cosas seguramente Dios tomará en cuenta tu oración, de lo contrario, no esperes que pase siquiera del techo.

Para pasar un tiempo diario a solas con Dios ora, alábale y dile lo que representa para ti. Luego viene meditar en algún fragmento de la Biblia (lleva un plan de lecturas diarias). Los muchos conocimientos y reflexiones son inútiles si no hay acción. Los mandamientos deben ser puestos por obra. Entonces tendrás comunión con Dios. Disfruta de su presencia y confía en que cosas extraordinarias comenzarán a suceder. Notarás cómo Dios interviene más y más en tu vida y a través de ti para bendecir a otros.  

Anula las distracciones, este es el momento más sagrado del día; puedes dejar de hacer cualquier otra cosa, menos tener comunión con Dios. Nunca alguien podrá conocer a otro si no le dedica tiempo para saber qué es lo que le agrada, lo que lo ofende, conocer su personalidad o su carácter. Luego de orar y leer la Biblia, toma un tiempo para escucharle.

Por lo general, las personas buscan a Dios para que les resuelva sus problemas, pero olvidan buscarlo para conocerlo. Que él sea Dios debería ser razón suficiente para producir en nosotros el anhelo de ir a su encuentro. Mientras que algunos darían lo que fuera por estar unos segundos con su artista favorito, muchos menosprecian acudir a Dios, incluidos los que decimos creer en él e incluso amarlo.

Las cosas buenas siempre requieren de un esfuerzo extra. Sea hacer ejercicio, comer saludablemente o estudiar para obtener un grado académico. A veces, requerimos ese esfuerzo extra porque no tenemos ganas de hacerlo, aunque sepamos que es bueno. Con Dios pasa lo mismo, a veces no tendremos ganas de orar, pero debemos persistir y vencer los obstáculos. Por la eternidad estaremos disfrutando de su presencia, así que esta vida es un buen entrenamiento para comenzar.

Desde este día y cada día de tu vida aparta un tiempo específico para Dios. Este es el principio de todo. Fuimos creados para conocerle y relacionarnos con él, esto es el propósito de nuestra existencia y por ello la vida ya vale la pena. Aprende a anhelar su presencia en tu vida (Salmos 63:1). Una vida transformada y llena del poder de Dios comienza por esta búsqueda. 

DONES DE SEÑALES: SANIDADES


[...] y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 1 Corintios 12:9 


Es el único don de la lista que se encuentra en plural. Se refiere a la capacidad sobrenatural de sanar enfermedades sin la intervención de medios humanos (médico o medicinas). Como en cualquier otro don, Jesús es nuestro ejemplo respecto al don de sanidad.

Existen seis puntos que son indispensables para establecer la autenticidad de un don de sanidad: 
  1. Jesús sanaba con una palabra o un toque. No golpeaba ni masajeaba la parte afectada, no hacia "operaciones espirituales" ni le ordenaba al Espíritu Santo que sanara a alguien. Mateo 8:5-8, Marcos 5:25-34. 
  2. Jesús sanaba instantáneamente. Nunca realizó sanidades progresivas. Marcos 5:29.
  3. Jesús sanaba totalmente. Jamás realizó sanidades parciales. Lucas 4:38-39.
  4. Jesús sanaba a todos. Nunca sanó únicamente a unos y a otros no. Lucas 4:40. 
  5. Jesús sanaba enfermedades orgánicas. Esto es, casos en los que el órgano está destruido, mutilado o lisiado, como reestablecer una mano seca, no únicamente curar dolores de cabeza. Lucas 22:50-51. 
  6. Jesús resucitó muertos. Marcos 5:35-42; Lucas 7:11-15; Juan 11:1-44.

martes, 7 de marzo de 2017

DONES DE SEÑALES: MILAGROS



A otro, el hacer milagros; [...] 1 Corintios 12:10 


Un milagro es el quebrantamiento de una ley natural que no puede tener otra explicación más que Dios actuando. La palabra milagro en griego es la palabra dunamis, que quiere decir poder. Se refiere a la capacidad de poder hacer algo, en este caso, algo sobrenatural. Es una palabra muy común en la Escritura, la podemos encontrar 120 veces en el Nuevo Testamento.

No debemos confundir un milagro con la Providencia Divina. La Providencia es el apoyo, cuidado y supervisión de Dios sobre toda la creación, sin romper las leyes naturales. Por ejemplo: un hombre se queda sin gasolina en la carretera, si el coche siguiera avanzando SIN gasolina sería un milagro porque se está quebrantando una ley física (los coches NO funcionan sin gasolina); pero si una persona se para a auxiliarlo y resulta que trae un bidón con gasolina, es la Providencia de Dios, ya que no se está quebrantando ninguna ley natural, Dios movió a esa persona a auxiliar a un extraño.

Existen tres tipos de milagros:

1. Sanidades (contemplado en un don separado).
2. Echar fuera demonios.
3. Milagros de la naturaleza.

LES RECUERDO QUE EN EL CASO DE LOS DONES DE SEÑALES, NO VOY A ENTRAR EN UNA DISCUSIÓN SI ESTÁN O NO ACTIVOS, POR FAVOR NO ENVÍEN COMENTARIOS AL RESPECTO.

domingo, 5 de marzo de 2017

DONES DE SERVICIO: RESUMEN


Así como los dones de habla giran en torno a la Palabra de Dios, los dones de servicio se enfocan en el Cuerpo de Cristo.


Liderazgo: supervisar los santos.
Servicio: apoyar a los líderes.
Dar: suministrar a los necesitados.


Misericordia: compadecerse de los enfermos, los pobres y los desposeídos.
Fe: asegurar el poder de Dios.
Discernimiento: salvar a los santos de las falsificaciones. 

Todas estas dimensiones, junto con los dones de habla, hacen que la iglesia sea madura en Cristo.




sábado, 4 de marzo de 2017

DONES DE SERVICIO: DISCERNIMIENTO


“a otro, discernimiento de espíritus;” 1 Corintios 12:10.

La palabra griega para discernimiento es diakrino, y quiere decir juzgar a través, ver a través de la verdad, evaluar realmente algo. Así que el discernimiento de espíritus es simplemente evaluar a los espíritus.

El don de discernimiento es el don de dones, es la capacidad de saber si los dones o acciones de alguien provienen del Espíritu Santo, son meros actos humanos o incluso diabólicos: 

  • Puede servir para revelar falsos profetas o impostores espirituales.
  • Pueden identificar la carnalidad.
  • Pueden identificar al Espíritu Santo.
  • Pueden identificar la verdad del error. 
Las personas con este don son los vigilantes de la iglesia, la protegen. Pero hay que tener mucho cuidado, ya que este don puede fácilmente deteriorar en crítica, orgullo, condenación y degenerar en un espíritu de juicio cuando es operado en la carne.


CÓMO DIOS JUSTIFICA AL PECADOR




Romanos 3:23-26

El texto bíblico de este mensaje es de sumo valor y suma importancia, de hecho, Rom. 3:23-28, según algunos, fue considerado como la "acrópolis" soteriologica de la biblia por Charles Spurgeon. El texto habla de la justificación que es gratuita por fe, pero ¿qué es justificación?

Ciertamente no significa que seamos perfectamente justos, pues cada día vemos como cedemos ante la tentación por causa de nuestra antigua naturaleza; recordando el texto de John Owen sobre la tentación, Dios permite esto para que reconozcamos que dependemos totalmente de Él.

Lo que la justificación significa es que Dios declara a una persona como "legalmente justa", y el texto de la epístola a los Romanos dice que esto es gratuito, sin embargo el que sea gratuito solo "porque sí" conlleva a un problema, para ver qué problema es, veamos otro texto de la Biblia que se encuentra en los Proverbios.


El que justifica al impío, y el que condena al justo,
Ambos son igualmente abominación a Jehová.
(Proverbios 17:15)

Vemos como el texto dice, claramente, que el que justifique al impío (pecador) es pecador en si mismo, es una abominación. Vemos a muchos predicadores decir: "Dios te perdonó gratuitamente no castigando tus pecados" ¡¡¡ESTO ES UNA MENTIRA, MÁS AÚN, UNA HEREJÍA" Indirectamente, consciente o inconscientemente, estás llamando a Dios Injusto pues "el que justifica al impío es una abominación"

Si Dios es justo, Él no puede perdonar al pecador, miremos un ejemplo: haz de cuenta que tu acabas de llegar a tu casa, y al entrar, encuentras un homicida que ha acribillado a toda tu familia, no dejo a nadie vivo; Lo has encontrado con "las manos en la masa", por lo cual sus manos están aún llenas de sangre. De alguna manera te las arreglas para capturarlo y entregarlo a la justicia, y después de todo el proceso legal, se demuestra sin ninguna excepción, que es culpable del delito, sin embargo, el juez que lleva el caso decide decir: Bueno, yo soy un juez de amor y que me gusta la misericordia, entonces te dejaré libre y me olvidaré de tu delito. ¿Cuál seria tu reacción? Ciertamente arderías en cólera y dirías que ese juez fue injusto... ¿no ves que de la misma manera presentamos a Dios diciendo solamente que Él no castigo tus pecados? Lo que se espera de un juez es que haga justicia.

La justicia de Dios demanda que todo pecador muera y todos están bajo el Santo y Justo aborrecimiento de Dios.

¿Ves ahora el problema? Dios solo puede perdonar satisfaciendo su justicia, y no estoy diciendo que exista una ley que esté por encima de Dios, sino que hablo de sus atributos, algo que Él es, Dios es justo y no puede actuar en contra de su naturaleza, entonces, para poder satisfacer su justicia, debía haber una propiciación.

Una propiciación es un sacrificio que satisface la justicia de Dios y calma su ira. La propiciación que se debía dar por nuestros pecados debía se de origen divino, pues en el libro del profeta Jonas vemos que la salvación es solo de Dios y Él no comparte su gloria con nadie, además el que muere debe tener vida, ningún hombre tiene vida, nosotros tenemos una vida prestada, solo Cristo es quien tiene vida propia; finalmente, solo Cristo, siendo Dios, podía resistir la ira de Dios y sobrevivir a ella.

Así entendemos el misterio de la cruz: En la cruz, Dios el Padre, quiso quebrantar a su Hijo para satisfacer su justicia y perdonar nuestros pecados. El castigo que nosotros merecíamos por nuestras rebeliones cayó sobre Cristo, la Justicia de Dios fue satisfecha en el castigo de su Hijo amado. Cristo se hizo maldición por nosotros, cargo con nuestros pecados y recibió el castigo que debía caer sobre nosotros.

Durante todo el Antiguo Testamento, sobre todo en el libro de Jeremías, vemos lo terrible que es caer en la copa de ira de Dios... Eso es lo que nosotros merecíamos... Eso fue lo que recibió Cristo. Solo así, y por causa de su sacrificio, fuimos reconciliados con Dios, pues su justicia fue satisfecha y nosotros pasamos a ser coherederos de la promesa por medio de la fe que es en Cristo Jesús.

viernes, 3 de marzo de 2017

DONES DE SERVICIO: FE



“a otro, fe por el mismo Espíritu;” 1 Corintios 12:9.

La fe como don, es la capacidad sobrenatural de creer a Dios. Los obstáculos son sólo retos para las personas con este don. creen más allá de lo visible, está relacionado con la oración y la respuesta de Dios a esa oración.

El don de fe no se refiere a la fe salvadora (todos los creyentes la han recibido). Tampoco se refiere a la fe general por la que vivimos (todos los creyentes la manifiestan). Este es un don especial, limitado a ciertos cristianos, que involucra una intensa habilidad de confiar en Dios, una capacidad inusual de creer a Dios en medio de la tormenta, en medio de enormes obstáculos.

En Hechos 27 encontramos un ejemplo de la operación de este don: El naufragio de Pablo. Muchos de nosotros estaríamos escondidos en el fondo del barco en pánico. Pablo estaba en cubierta, animando a los demás a que no tengan miedo en medio de una terrible tormenta. Eso es una fe especial. Este don tiene el poder de aferrarse a las promesas de Dios para el beneficio de todo el cuerpo. Si vamos a la lista de los héroes de la fe en Hebreos 11: Abel, Noé, Abraham, Moisés, Josué y David entre otros, veremos que su fe fortaleció a alguien más. A lo largo de la historia de la iglesia ha habido miles de santos que han creído a Dios mientras enfrentaban terribles miedos y muerte, y con eso fortalecieron a los que estaban a su alrededor.

Si tienes el don de fe, úsalo. Pasa tiempo sobre tus rodillas. Pasa tiempo creyendo a Dios y animando a otros hermanos, al permitirles ver los que Dios hace en respuesta.