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sábado, 4 de marzo de 2017

CÓMO DIOS JUSTIFICA AL PECADOR




Romanos 3:23-26

El texto bíblico de este mensaje es de sumo valor y suma importancia, de hecho, Rom. 3:23-28, según algunos, fue considerado como la "acrópolis" soteriologica de la biblia por Charles Spurgeon. El texto habla de la justificación que es gratuita por fe, pero ¿qué es justificación?

Ciertamente no significa que seamos perfectamente justos, pues cada día vemos como cedemos ante la tentación por causa de nuestra antigua naturaleza; recordando el texto de John Owen sobre la tentación, Dios permite esto para que reconozcamos que dependemos totalmente de Él.

Lo que la justificación significa es que Dios declara a una persona como "legalmente justa", y el texto de la epístola a los Romanos dice que esto es gratuito, sin embargo el que sea gratuito solo "porque sí" conlleva a un problema, para ver qué problema es, veamos otro texto de la Biblia que se encuentra en los Proverbios.


El que justifica al impío, y el que condena al justo,
Ambos son igualmente abominación a Jehová.
(Proverbios 17:15)

Vemos como el texto dice, claramente, que el que justifique al impío (pecador) es pecador en si mismo, es una abominación. Vemos a muchos predicadores decir: "Dios te perdonó gratuitamente no castigando tus pecados" ¡¡¡ESTO ES UNA MENTIRA, MÁS AÚN, UNA HEREJÍA" Indirectamente, consciente o inconscientemente, estás llamando a Dios Injusto pues "el que justifica al impío es una abominación"

Si Dios es justo, Él no puede perdonar al pecador, miremos un ejemplo: haz de cuenta que tu acabas de llegar a tu casa, y al entrar, encuentras un homicida que ha acribillado a toda tu familia, no dejo a nadie vivo; Lo has encontrado con "las manos en la masa", por lo cual sus manos están aún llenas de sangre. De alguna manera te las arreglas para capturarlo y entregarlo a la justicia, y después de todo el proceso legal, se demuestra sin ninguna excepción, que es culpable del delito, sin embargo, el juez que lleva el caso decide decir: Bueno, yo soy un juez de amor y que me gusta la misericordia, entonces te dejaré libre y me olvidaré de tu delito. ¿Cuál seria tu reacción? Ciertamente arderías en cólera y dirías que ese juez fue injusto... ¿no ves que de la misma manera presentamos a Dios diciendo solamente que Él no castigo tus pecados? Lo que se espera de un juez es que haga justicia.

La justicia de Dios demanda que todo pecador muera y todos están bajo el Santo y Justo aborrecimiento de Dios.

¿Ves ahora el problema? Dios solo puede perdonar satisfaciendo su justicia, y no estoy diciendo que exista una ley que esté por encima de Dios, sino que hablo de sus atributos, algo que Él es, Dios es justo y no puede actuar en contra de su naturaleza, entonces, para poder satisfacer su justicia, debía haber una propiciación.

Una propiciación es un sacrificio que satisface la justicia de Dios y calma su ira. La propiciación que se debía dar por nuestros pecados debía se de origen divino, pues en el libro del profeta Jonas vemos que la salvación es solo de Dios y Él no comparte su gloria con nadie, además el que muere debe tener vida, ningún hombre tiene vida, nosotros tenemos una vida prestada, solo Cristo es quien tiene vida propia; finalmente, solo Cristo, siendo Dios, podía resistir la ira de Dios y sobrevivir a ella.

Así entendemos el misterio de la cruz: En la cruz, Dios el Padre, quiso quebrantar a su Hijo para satisfacer su justicia y perdonar nuestros pecados. El castigo que nosotros merecíamos por nuestras rebeliones cayó sobre Cristo, la Justicia de Dios fue satisfecha en el castigo de su Hijo amado. Cristo se hizo maldición por nosotros, cargo con nuestros pecados y recibió el castigo que debía caer sobre nosotros.

Durante todo el Antiguo Testamento, sobre todo en el libro de Jeremías, vemos lo terrible que es caer en la copa de ira de Dios... Eso es lo que nosotros merecíamos... Eso fue lo que recibió Cristo. Solo así, y por causa de su sacrificio, fuimos reconciliados con Dios, pues su justicia fue satisfecha y nosotros pasamos a ser coherederos de la promesa por medio de la fe que es en Cristo Jesús.

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