“a otro, fe por el mismo Espíritu;” 1 Corintios 12:9.
La fe como don, es la capacidad sobrenatural de creer a Dios. Los obstáculos son sólo retos para las personas con este don. creen más allá de lo visible, está relacionado con la oración y la respuesta de Dios a esa oración.
El don de fe no se refiere a la fe salvadora (todos los creyentes la han recibido). Tampoco se refiere a la fe general por la que vivimos (todos los creyentes la manifiestan). Este es un don especial, limitado a ciertos cristianos, que involucra una intensa habilidad de confiar en Dios, una capacidad inusual de creer a Dios en medio de la tormenta, en medio de enormes obstáculos.
En Hechos 27 encontramos un ejemplo de la operación de este don: El naufragio de Pablo. Muchos de nosotros estaríamos escondidos en el fondo del barco en pánico. Pablo estaba en cubierta, animando a los demás a que no tengan miedo en medio de una terrible tormenta. Eso es una fe especial. Este don tiene el poder de aferrarse a las promesas de Dios para el beneficio de todo el cuerpo. Si vamos a la lista de los héroes de la fe en Hebreos 11: Abel, Noé, Abraham, Moisés, Josué y David entre otros, veremos que su fe fortaleció a alguien más. A lo largo de la historia de la iglesia ha habido miles de santos que han creído a Dios mientras enfrentaban terribles miedos y muerte, y con eso fortalecieron a los que estaban a su alrededor.
Si tienes el don de fe, úsalo. Pasa tiempo sobre tus rodillas. Pasa tiempo creyendo a Dios y animando a otros hermanos, al permitirles ver los que Dios hace en respuesta.
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